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Lo que hace particularmente destacable este incidente no es solo su magnitud, sino también la respuesta a la crisis, de las autoridades y de la ciudadanía. A diferencia de otros grandes apagones históricos, como el de Norteamérica en 2003 o el de India en 2012, la respuesta de las autoridades, los operadores del sistema eléctrico y las empresas suministradoras permitió reducir su impacto en las infraestructuras críticas.
A lo largo del día fue avanzando el restablecimiento del servicio mientras que los hospitales, aeropuertos y servicios esenciales mantuvieron su funcionamiento gracias a sus sistemas de respaldo, demostrando la importancia de contar con protocolos de emergencia robustos.
Un factor clave en esta relativamente rápida respuesta fue la actuación de REDEIA (anteriormente conocida como Red Eléctrica de España), el operador del sistema eléctrico español, que cuenta con una experiencia acumulada de más de cuatro décadas en la gestión de la red de transporte de alta tensión. Les recomiendo que sigan sus explicaciones en redes sociales.
La compañía activó sus protocolos de contingencia y hubo coordinación con su homólogo portugués, REN (Redes Energéticas Nacionais). Esta colaboración transfronteriza fue fundamental para aislar el fallo inicial y prevenir un efecto dominó que podría haber extendido el apagón a otras regiones europeas.
Cabe destacar la importancia de mantener una estrategia de inversión continua en tecnologías de monitorización en tiempo real y sistemas inteligentes de gestión de red, que permiten detectar con rapidez las anomalías y responder de manera precisa, pese a la enorme magnitud de la incidencia para un sistema eléctrico interconectado como es el europeo.
Aunque las investigaciones para determinar las causas exactas del apagón siguen en curso, las primeras hipótesis apuntan a factores técnicos (aunque se han barajado ataques intencionados, a esta hora no hay evidencias).
Este incidente subraya la importancia de continuar fortaleciendo las infraestructuras eléctricas para hacerlas más resilientes ante eventos extremos, especialmente en un contexto de transición energética y cambio climático. Aunque fundamental para la sostenibilidad, la creciente integración de energías renovables en el mix energético ibérico plantea nuevos desafíos en la estabilidad de las redes que van a requerir de soluciones innovadoras.
No menos destacable fue la reacción de la ciudadanía durante el apagón, con escasos incidentes reportados pese a la magnitud del corte eléctrico. Los servicios de emergencia registraron un volumen de llamadas elevado pero manejable, principalmente consultas informativas más que situaciones críticas.
Las redes sociales, accesibles a través de dispositivos móviles con batería, sirvieron como canal de información alternativo, permitiendo a las autoridades difundir recomendaciones y actualizaciones sobre el progreso en la restauración del servicio. También la radio volvió a ser fundamental, como en anteriores situaciones de emergencia (la DANA, Filomena y tantas otras veces).
Este apagón tendrá importantes repercusiones en las políticas energéticas de la Unión Europea. Si bien el sistema ibérico ha demostrado su capacidad de recuperación, el incidente refuerza la necesidad de acelerar las inversiones en interconexiones eléctricas entre países miembros y en sistemas de almacenamiento energético que puedan proporcionar respaldo en situaciones de emergencia.
La Comisión Europea ya ha anunciado que estudiará detalladamente este caso para extraer conclusiones aplicables al conjunto de la red eléctrica continental, en línea con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la estrategia de descarbonización para 2050.
El gran apagón ibérico, a pesar de su magnitud histórica, está demostrando que la preparación, la inversión en infraestructuras robustas y la coordinación eficaz entre operadores son factores decisivos para minimizar el impacto de este tipo de crisis. La respuesta de REDEIA y REN, junto con el comportamiento responsable de la ciudadanía, hace que lo que podría haber sido una catástrofe en un caso de estudio sobre la gestión de emergencias energéticas.
Mientras el suministro eléctrico se restablece progresivamente en toda la península, ya comienzan los análisis para reforzar la resiliencia de un sistema que, pese al incidente de hoy, confirma su posición entre los más fiables y avanzados del mundo.
Mar Rubio Varas, Catedrática de Historia e Instituciones Económicas, (UPNA). Investigadora del Institute for Advanced Research in Business and Economics (INARBE), Universidad Pública de Navarra
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.