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La Asociación para el Desimpacto Ambiental de Purines (ADAP) junto con asociaciones del sector porcino solicitan al Gobierno la prórroga de dos años de las plantas de cogeneración de purines. Las plantas de cogeneración Desimpacto de Purines Alcarrás y Desimpacto de Purines Voltregá, de una de las comarcas con mayor densidad ganadera de Europa serán las primeras plantas en cerrar, el próximo 31 de diciembre. La prórroga solicitada del marco regulatorio de estas plantas abre la oportunidad de implementar un nuevo modelo de planta de purines que explote sinergias con plantas de biometano, que permitan seguir desnitrificando las deyecciones ganaderas al tiempo que se aprovecha el potencial energético de los purines y se reducen los costes para el sistema.
El sector porcino español afronta la posible desaparición de una herramienta clave para su sostenibilidad: las plantas de cogeneración de purines, que han alcanzado su límite regulatorio de 25 años. Sin alternativas viables, su cierre amenaza la viabilidad de numerosas explotaciones ganaderas.
La Asociación para el Desimpacto Ambiental de Purines (ADAP), junto con organizaciones del sector porcino como ASAJA, COAG, UPA, ANPROGAPOR, INTERPORC y Cooperativas Agro-alimentarias de España, además del ayuntamiento de Alcarrás, piden al Gobierno una prórroga de dos años para estas plantas. De no concederse, instalaciones como Desimpacto de Purines Alcarrás y Voltregá, que tratan 200.000 toneladas anuales y están en proceso de modernización, cerrarán el 31 de diciembre, afectando a comarcas con alta densidad ganadera.
Josep Capdevila, presidente de ADAP, destacó en la jornada “Nuevo modelo de instalación tipo de purines: una oportunidad para el sector”, celebrada esta mañana en Madrid, que el sector porcino español ha crecido de manera sostenida en los últimos 10 años gracias a un equilibrio entre producción y sostenibilidad ambiental, marcando diferencias respecto a otros países europeos. Según él, las plantas de cogeneración han sido esenciales para reducir la contaminación por nitratos y limitar el impacto ambiental del sector.
Por su parte, Julio Artiñano, presidente de COGEN, alertó que, sin la prórroga, todas las plantas cerrarán progresivamente, reduciendo en un 62% la capacidad de tratamiento de purines para 2030 y dejándola en cero en 2034. Esto agravaría los problemas ambientales en regiones como Aragón, Cataluña, las “Castillas” y Murcia. Artiñano también subrayó que existe un amplio consenso político para aprobar la prórroga, como lo demuestra la votación en el Parlament de Catalunya, donde todos los grupos respaldaron la iniciativa, salvo la CUP (abstención) y VOX.
Javier Villanueva, responsable de las plantas de purines de CapWatt en España, afirmó que no se puede considerar a las plantas de biometano por si solas como una solución a los problemas ambientales y sociales de los nitratos de los purines, tienen que tener un tratamiento de eliminación de los nitratos del digestato, pues las plantas de biogás capturan el carbono para una sociedad más sostenible energéticamente, mientras que, las plantas de tratamiento de purín fijan el nitrógeno, evitando la contaminación del suelo y el agua. Según Villanueva, la combinación de ambas tecnologías sería ideal para abordar problemas distintos de forma complementaria.
En la misma línea, Alberto Martín García, de PwC España, presentó un modelo que combina plantas de tratamiento de purines y de biometano, optimizando la gestión de residuos y reduciendo costes. La nueva instalación tipo (IT) aportaría una reducción del valor de la Ro de un 20% de media en los próximos años. Este modelo requeriría extender la vida útil regulatoria de las plantas, permitiendo una transición hasta 2025 o 2026.
José Luis de Miguel, técnico de ganadería de COAG, resaltó la importancia del sector porcino en la economía y el empleo en España, con 415.000 trabajadores, de los cuales 40% son mujeres. Destacó que las plantas de purines eliminan problemas como la contaminación de suelo y agua, gases de efecto invernadero y malos olores, ofreciendo una solución integral a las zonas vulnerables.
Actualmente, solo el 35% de las plantas de biometano que utilizan purines eliminan el nitrógeno, siendo las plantas de ADAP parte de esta minoría eficiente. Esto refuerza la urgencia de mantenerlas operativas mientras se desarrolla una transición sostenible para el sector.
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