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El lunes 17 de junio la Unión Europea ha aprobado de forma definitiva la que se ha convertido en la primera normativa de la historia de esta institución que obliga a los Estados miembros a restaurar la naturaleza, lo que supone un paso más dentro de su protección y cuidado.
La votación ha salido adelante finalmente tras el voto afirmativo de Austria, y con la fuerte oposiciòn y bloqueo de estados como Hungria. Todo ello ha permitido alcanzar el 66,07 % y superar el 65 % necesario. Para la ministra austríaca de Medioambiente, Leonore Gewessler, "en 20 o 30 años, cuando le enseñe la belleza de nuestro país a mis nietas y me pregunten qué hiciste tú, les diré que todo lo que pude para preservarla". El reglamento había recibió la aprobación por parte del Parlamento Europeo el pasado febrero en sesión plenaria.
El reglamento ha contado con los votos positivos de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, España, Francia Croacia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Austria, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, así como los votos en contra de Italia, Hungría, Países Bajos, Polonia, Finlandia y Suecia y la abstención de Bélgica.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha declarado tras conocerse la aprobación del texto que ” sin restaurar la naturaleza no hay futuro para la agricultura”. Asimismo, ha destacado que es una buena noticia para todos los europeos y para la biodiversidad a nivel mundial, dado que es una “apuesta por el diálogo para poder conseguir la restauración de los ecosistemas dando oportunidad a que el conjunto de actividades económicas que dependen del buen estado de la naturaleza pueda seguir desarrollándose”. Por su parte, ha celebrado que la ley de restauración de la naturaleza haya salido adelante “en un momento especialmente importante” porque su rechazo podría haber abierto una “grave crisis” con respecto a la “confianza” en la que deben basarse los acuerdos institucionales. “Entiendo que haya preocupación entre los agricultores, pero las instituciones tienen que ayudar. Eso es parte de lo que incluye la regulación y si hay necesidades adicionales, podríamos haberlo reflejado, pero la oposición ha sido ciega y sin comentarios para mejorar, sólo rechazar la importancia de restaurar la naturaleza”, apuntó.
La Comisión Europea presentó en junio de 2022 la Ley de Restauración de la Naturaleza para reparar al menos el 20 % de los ecosistemas degradados en 2030 y todos ellos para mitad de siglo, incluidas las tierras de cultivo. El objetivo es acompasar la legislación comunitaria con los acuerdos sobre biodiversidad de Naciones Unidas, pero el texto se ha ido convirtiendo en un símbolo de la batalla ideológica en torno a la agenda verde. Entre otros puntos, establece obligaciones para corregir la disminución de polinizadores, recuperar el 30 % de las turberas vaciadas para uso agrícola, no reducir espacios verdes urbanos o eliminar barreras artificiales en los ríos de la UE.
Entre las voces que ya han expresado su opinión al respecto, la Fundación Renovables ha celebrado la aprobación definitiva dicha Ley de Restauración de la Naturaleza por parte del Consejo de Europa, con la que se busca restaurar, para 2030, el 20 % de las zonas terrestres y marinas de la UE, continente que dispone del 81 % de sus hábitats terrestres y acuíferos en mal estado. “El bloqueo por parte de los conservadores –en mitad de un año marcado por las protestas agrarias europeas que pedían rebajar las leyes que protegen el medio ambiente– ha alargado las negociaciones y ha supuesto una pérdida de ambición de la ley respecto a los objetivos del primer borrador”, han señalado desde la Fundación Renovables.
Asimismo, considera inaceptable que la falta de consenso de los países sirva para rebajar la ambición de las leyes europeas. Más, si cabe, en un momento en el que Europa se está reconfigurando tras el ascenso de los partidos negacionistas de la crisis climática en las pasadas elecciones europeas del 9 de junio. "La aprobación ha sido un gran paso que se ha dado, a pesar de la pérdida de ambición por las exigencias de cara a conseguir un consenso. No obstante, Europa no puede levantar el pie en la política climática trazada. Esta ley deba ser una base para aumentar la ambición de cara a las trasposiciones y aplicaciones a escala nacional”, ha valorado Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables.
La aprobación, pese al intento del negacionismo de descafeinar la ley, es un hito importante para la Unión Europea, pues por primera vez se establece por reglamento que los países no sólo tienen la obligación de conservar sus entornos naturales, sino que deben restaurar aquellos espacios que se encuentren degradados, añaden desde la Fundación Renovables.
Los países tendrán que implementar medidas de aquí a 2030 para restaurar turberas y plantar, al menos, 3.000 millones de árboles. Además, los estados deberán desarrollar medidas para mejorar el estado de sus ríos, de tal forma que se consiga que a finales de década haya en Europa 25.000 kilómetros de cauces fluviales de flujo libre y sin barreras artificiales. Se protegen también los espacios verdes urbanos, de modo que las ciudades no podrán presentar una pérdida neta de cobertura de copas de árboles de aquí a 2030. Asimismo, se establecen medidas específicas para recuperar las poblaciones de mariposas de los pastizales, así como las de los polinizadores, añaden desde esta organización.