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Este año, el tema del Día de la Lucha contra Desertificación y la Sequía es «Unidos por la tierra: Nuestro legado y nuestro futuro». La Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso, ALADYR, propone que la región adopte la tendencia Water Positive como una estrategia proactiva que permita dejar una infraestructura hídrica resiliente a las generaciones posteriores.
Water Positive es una iniciativa global que busca revertir las tendencias actuales de agotamiento de recursos hídricos a través de estrategias de producción, conservación y transformación del agua.
Según las estimaciones del Banco Mundial, las demandas de agua en la región latinoamericana aumentarán un 43% para 2050. Desde ALADYR apuntaron que si no se integran estrategias de compensación hídrica las demandas ejercerán una presión sobre las fuentes de agua naturales que tenderá a la sobreexplotación y, consecuentemente, a la degradación de los suelos.
“Ser Water Positive inicia por medir la huella hídrica, que es monitorear en qué se usa cada gota de agua. Luego hay que buscar estrategias para reducir el consumo y, finalmente, compensarlo mediante procesos para generar más agua como la desalación de agua de mar y la reutilización de aguas residuales” detalló Jerry Ross, presidente de ALADYR.
“En ALADYR nos sumamos a un grupo de organizaciones que decidieron adoptar un enfoque proactivo y optimista al llamar a éste el Día Water Positive” continuó.
Las tecnologías de desalación y reúso de agua son pilares fundamentales de Water Positive. Estas innovaciones han demostrado ser las formas más eficientes y sostenibles para compensar el agua, especialmente cuando los procesos industriales y agrícolas ya no pueden reducir más su huella hídrica. Gracias a estas tecnologías, ciudades ubicadas en entornos extremadamente áridos, como el desierto de Atacama en Chile, han logrado alcanzar una mayor seguridad hídrica y desarrollar sistemas más robustos que aquellas situadas junto a ríos. Hoy se calcula que más de 500 mil personas en Latinoamérica tienen al mar como fuente de abastecimiento potable.
Además, Latinoamérica suma cada vez más casos de éxito en los que se usan fuentes no convencionales como las aguas residuales tratadas para el cultivo en lugares que ya se consideraban arrasados por la desertificación como en el Valle de Ica, Perú, que gracias a estos procesos se ha convertido en una potencia exportadora de arándanos.
“En estos casos de éxito se han mitigado las vulnerabilidades hídricas y sabemos que esto puede ser extensible a muchos más y que esto sea lo habitual” completó Angélica Rivera, directora de ALADYR.
El objetivo de difusión de ALADYR es que Water Positive se convierta en un nuevo estándar en la manera en que empresas, organizaciones y sociedades enteras gestionan su consumo de agua. Este enfoque promueve una relación más consciente y sustentable con el recurso hídrico, alineándose con las crecientes demandas de bienes y servicios que mejoran la calidad de vida y el bienestar de las personas.
El Banco Mundial también precisa que las sequías recurrentes han causado pérdidas económicas por más US$24 mil millones en los últimos 40 años solo en Sudamérica, por lo que Water Positive, además de ser una forma de preservación ambiental, es una medida necesaria de sostenibilidad económica y el desarrollo social de la región.
"El llamado es a que adoptemos una postura proactiva para enfrentar los desafíos de la desertificación y la escasez hídrica. Water Positive proporciona soluciones para preservar nuestros recursos hídricos y asegurar su disponibilidad para las generaciones futuras. En Latinoamérica, donde las comunidades son particularmente vulnerables a estos fenómenos, las iniciativas Water Positive son un enfuerzo que el empresariado, el gobierno y la sociedad entera deben tomar con seriedad" culminó la directora de ALADYR.