Laboratorios Tecnológicos de Levante lidera el futuro de la conservación ambiental con la genómica

Son un laboratorio de seguridad medioambiental y alimentaria, que vigila y controla la salud de las masas de agua (ecosistemas acuáticos como ríos, lagos, mares…) y de los alimentos que consumimos. En materia ambiental realizan una importante labor evaluando el estado de varios de los ríos españoles y sus afluentes, llevando a cabo identificaciones y valoraciones biológicas en diversos entornos naturales para su control y reacción frente a amenazas, y supervisando la calidad del agua vertida al medio natural, y la destinada al consumo humano.

Su compromiso los ha llevado a investigar durante años la disciplina genómica y su utilidad ambiental, hasta lograr su aplicación a la evaluación ecológica y la elaboración de planes estratégicos de regeneración y conservación de ecosistemas naturales.

La genómica ambiental permite conocer la diversidad y el funcionamiento de los organismos en su entorno natural mediante técnicas y herramientas basadas en el estudio del ADN. Lo que facilita el abordar problemas como la conservación de la biodiversidad, la gestión de ecosistemas y la monitorización de la calidad del agua y el aire, proporcionando una información valiosa y costosa de conseguir con otros métodos.

Así es como Laboratorios Tecnológicos de Levante ha desarrollado una metodología basada en técnicas genómicas que permite evaluar la calidad del agua directamente a partir de datos de secuencias de ADN extraídos de una muestra, identificando organismos y microorganismos. Esta metodología supone dar una vuelta completa a los métodos de evaluación de estado actuales -los taxonómicos-, proponiendo una metodología más fiable, económica y rápida, que permita decisiones inmediatas y reacciones ágiles ante amenazas para el medio ambiente y la salud pública.

Su aplicación al estudio de indicadores biológicos persigue facilitar las evaluaciones de estado de ríos, lagos, humedales…, y aumentar su exhaustividad, para optimizar la toma de decisiones y la puesta en marcha de acciones que contrarresten los peligros hacia el medio natural.

Esta tecnología va más allá de determinar el estado ecológico de las masas de agua, y puede emplearse en otros ámbitos como el de la depuración de aguas residuales, con la detección de genes de resistencia a antibióticos, bacterias u otros elementos potencialmente contaminantes. Estas aguas son también claves para la restauración del medio ambiente, ya que son devueltas a la naturaleza, o bien son regeneradas para usos como el agrícola.