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La Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu) se suma desde España a la petición impulsada por las organizaciones europeas FEAD, CEWEP, Municipal Waste Europe y SGI Europe para que el calor residual generado a través de la valorización energética de los residuos no reciclables sea incluido en la normativa europea.
Así, Aeversu insta a que se reconozca plenamente el calor residual en la Directiva sobre Energías Renovables (RED II y III) y en la Directiva sobre Eficiencia Energética (EED).
El aprovechamiento de este calor no solo mejora la eficiencia energética y reduce las emisiones de carbono, sino que también “respalda la transición hacia una economía circular al convertir un subproducto inevitable del tratamiento de residuos en un recurso valioso”, explica el presidente de Aeversu, Joaquín Pérez Viota.
El calor residual, también conocido como calor de desecho, es la energía térmica generada en procesos industriales o de generación de energía que, normalmente, se pierde si no se aprovecha. En el contexto de la valorización energética, este calor se produce cuando los residuos no reciclables se someten a un proceso de combustión, un tratamiento que reduce su volumen, y evita su depósito en vertederos.
Como apuntan desde Aeversu, en las plantas de valorización energética, el exceso de calor generado durante la incineración de residuos se puede capturar para su uso eficiente, y producir así electricidad o suministrar energía térmica a redes urbanas, también conocidas como district heating, para su utilización en calefacción, climatización y agua caliente sanitaria; lo que contribuye a la eficiencia energética y la reducción del uso de combustibles fósiles.
El reconocimiento pleno de este tipo de energía en la legislación europea permitiría maximizar el uso de fuentes de energía locales y sostenibles, integrando efectivamente estas plantas en sistemas urbanos de calefacción y refrigeración más eficientes. Esto no solo se alinea con los objetivos de sostenibilidad ambiental, sino que también potencia la seguridad energética en las regiones que dependen significativamente de los combustibles fósiles para sus necesidades de calefacción.
Aeversu defiende que reconocer y aprovechar el calor residual de la valorización energética es vital para no desperdiciar un recurso energético disponible, valioso y local, poniendo de relieve la necesidad de una política energética más integrada y sostenible en Europa.
La Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos reúne un total de 12 plantas, 11 de las cuales están repartidas por diferentes zonas geográficas de España y, una, en Andorra. Las instalaciones de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unas 2.500.000 toneladas de residuos no reciclables al año, evitando así la emisión a la atmósfera de 548 Kg CO2.