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Para dar salida al problema de los 25 millones de toneladas en todo el mundo (más de 295.000 toneladas en España) que representan los neumáticos usados, en Tratamiento de Neumáticos Usados (TNU), transforman este problema en una solución verde.
Para ello, recogen los neumáticos al final de su vida útil, para reintroducirlos en el círculo de una economía sostenible, en los pasos que nos detallan a continuación.
En primer lugar, según la jerarquía de los residuos, se seleccionan aquellos aptos para su reutilización o renovación. Para renovarlos se coloca una nueva banda de rodadura de goma sobre su carcasa y se recauchuta, dando al neumático una nueva vida.
En segundo lugar, se reciclan. Los neumáticos están compuestos por un 16 % de caucho natural, un 27 % de caucho sintético, un 14 % de fibra textil, un 14 % de acero y un 28 % de negro carbón, aditivo imprescindible para endurecer el caucho y disipar el calor de la banda de rodadura.
El reciclado de neumáticos consiste en procesar Neumáticos al Final de su vida Útil (NFU) separando sus componentes para valorizarlos y transformarlos en granulados de caucho, acero y textiles, como alternativas a las materias primas vírgenes. Este tratamiento aporta considerables beneficios ambientales reduciendo significativamente las emisiones de CO2 a la atmósfera, por cada kilogramo de caucho reciclado, se ahorran 3 kilogramos de CO2, 12 litros de agua y 1,4 litros de petróleo.
En tercer lugar, se utilizan para la recuperación de energía mediante la coincineración en los hornos de cemento como combustible. Los NFU son un combustible excelente debido al alto poder calorífico superior a la antracita gracias a los cauchos naturales y sintéticos que contienen. Tanto los neumáticos enteros como los troceados se aprovechan sin ocasionar repercusiones significativas en las emisiones. Además, los elementos químicos presentes en la ceniza se incorporan a las estructuras minerales, mejorando así la calidad del cemento.
Otros usos más recientes e interesantes del granulado de caucho son la obtención de eco-combustible a través de la pirólisis. Este es uno de los procedimientos actuales más ecosostenibles para convertir los neumáticos no solo en combustibles alternativos, sino para transformarlos también en energía y productos petroquímicos de alto valor añadido. Por ejemplo, se obtiene el negro de carbón recuperado, un aditivo imprescindible para fabricar nuevos neumáticos, fortaleciendo el caucho y mejorando su resistencia a la tracción y al desgaste. Además, se pueden producir pigmentos y grafito para las baterías de litio, señalan también desde TNU.