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Los eurodiputados dieron el miércoles su visto bueno a la nueva normativa sobre recogida, tratamiento y vertidos de las aguas residuales urbanas.
El pleno aprobó, con 481 votos a favor, 79 en contra y 26 abstenciones, el acuerdo alcanzado con el Consejo de la UE en enero, para actualizar los estándares sobre la gestión y tratamiento de las aguas residuales urbanas, con el objetivo de mejorar la protección de la salud pública y el medioambiente.
Para 2035, el agua residual urbana deberá ser sometida a tratamiento secundario, es decir, la supresión de la materia orgánica biodegradable, antes de su vertido al medioambiente, en todas las aglomeraciones a partir de 1.000 habitantes equivalentes (unidad de medida estándar que describe la contaminación media emitida por una persona al día). Para 2039, el tratamiento terciario (para la supresión de nitrógeno y fósforo) deberá aplicarse en todas las plantas de tratamiento de aguas que cubran a partir de 150.000 habitantes equivalentes, y para 2045 desde 10.000 habitantes equivalentes. Un tratamiento adicional para retirar microcontaminantes (tratamiento cuaternario) será obligatorio para las plantas a partir de 150.000 habitantes equivalentes (y más de 10.000 habitantes equivalentes basado en una evaluación de riesgo) para 2045.
Se endurecerá la vigilancia de varios parametros de salud (como virus conocidos y patógenos emergentes), de los contaminantes químicos, incluidas las sustancias que permanecen largo tiempo en el agua (como las perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), los microplásticos y la resistencia antimicrobiana, señalan desde el Parlamento Europeo.
La norma introduce el principio de responsabilidad ampliada del productor para los productos medicinales para uso humano y los cosméticos, para cubrir los costes del tratamiento cuaternario (para eliminar los microcontaminantes). Al menos el 80 % del coste correrá a cargo de los fabricantes, suplementado por financiación nacional.
Las autoridades nacionales deberán promocionar la reutilización del agua residual tratada en plantas, en especial en zonas con estrés hídrico, añade también el comunicado emitido por el Parlamento Europeo.