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El logro del avance en aguas regeneradas, clave ante la escasez hídrica, se debe, principalmente, al trabajo conjunto entre administraciones y empresas como Agbar, que han apostado por esa solución, auspiciado por un marco regulatorio favorable y pionero. Así, España ha desarrollado tecnologías avanzadas y sistemas eficientes para tratar y aprovechar las aguas residuales, contribuyendo a la conservación y gestión sostenible de este recurso vital.
España se posiciona como líder europeo en volumen de agua reutilizada. Alrededor del 10% del agua tratada pasa por procesos terciarios (e, incluso, cuaternarios, como la nanofiltración o la ósmosis inversa), lo que equivale a unos 400 millones de m3 de agua al año. Este agua puede emplearse para varios fines, como el baldeo de calles, el riego urbano o agrícola…Aliviando, en definitiva, la presión sobre recursos hídricos destinados al consumo humano.
Agbar, parte del grupo Veolia, es uno de los principales impulsores de la regeneración de agua en España. Alcanza el 23% del agua tratada total a nivel nacional y, del volumen total de reutilización del país, un tercio procede de las plantas gestionadas por el grupo. Alcanza una tasa de reutilización del 15% respecto al agua tratada, y su objetivo es aumentar esta cifra al 35% para el año 2027. Su incorporación al grupo Veolia ha permitido reforzar sus capacidades, contribuyendo a promover la transformación ecológica a nivel mundial.
En total, el grupo opera cerca de 600 plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR), con un flujo tratado de 932 Hm³ al año, y más de 50 de estas plantas cuentan con sistemas terciarios.
De plantas depuradoras a ecofactorías: impulsando la circularidad del agua
El compromiso del grupo con la preservación de los recursos hídricos se materializa, entre otros proyectos, en su apuesta por la ecofactoría, un paso más en la evolución de las plantas de tratamiento de aguas residuales tradicionales hacia modelos más abiertos, integrados y circulares.
Un ejemplo concreto del modelo de éxito de Agbar, parte de Veolia, lo encontramos en la ecofactoría Baix Llobregat, gestionada por el grupo, y una de las más grandes y modernas de toda Europa. En la zona en la que opera (el área metropolitana de Barcelona), el suministro de agua se ha visto sometido a una presión cada vez mayor, debido a la creciente demanda del recurso para diversos usos, además de la disminución del caudal del río Llobregat.
Los beneficios logrados gracias a la operativa optimizada de la planta son numerosos. En primer lugar, ayuda a preservar los recursos hídricos, protegiendo el flujo del río, recargando 14 pozos de agua subterránea, y sirviendo de barrera contra la intrusión salina para el acuífero. En este último caso, unos 5.000 m3 diarios de agua regenerada se emplean para la recarga del acuífero.
En segundo lugar, el coste de producción de agua potable en esta planta es menor que el de la desalinización del agua de mar, lo que la convierte en una opción económica y sostenible para la gestión del agua. Además, proporciona un recurso alternativo para la agricultura y la industria.
Así, aplica diariamente tratamientos terciarios sobre unos 162.000 m3 de agua, y confirma un índice de reutilización respecto a la capacidad total de la planta del 83%.
Aguas regeneradas para los cultivos
En este contexto de elevado estrés hídrico, la actividad agraria se ve especialmente afectada, y es que la agricultura representa hasta el 80% del agua consumida en nuestro país.
Algunas regiones han tenido que convivir desde hace más tiempo con la realidad de un estrés hídrico elevado y constante, como la Región de Murcia, en cuya economía tiene un peso importante la actividad agrícola. En este sentido, desde hace tiempo se han tenido que buscar fuentes alternativas para mantener un suministro estable de agua.
Las EDAR de La Hoya o Cabezo Beaza son un ejemplo de plantas actualizadas con tratamientos terciarios para poder reutilizar el agua tratada en ellas. El agua regenerada se emplea para el riego agrícola de las zonas circundantes, lo que ha permitido reducir la dependencia de recursos estacionales en gran medida y contribuir a la resiliencia hídrica de una región históricamente afectada por la sequía.
En el caso concreto de la EDAR de La Hoya, el tratamiento terciario fue diseñado para un caudal promedio de 833 m3/h. Consiste en tanques de coagulación-floculación con dosificación de cloruro férrico y polímero, tanques de decantación lamelar, filtros de arena abiertos de gran altura con sistema de lavado con agua y aire, y etapas de desinfección con luz ultravioleta e hipoclorito de sodio. Gracias a ello, se tratan 3,4 Hm3 de agua al año para alcanzar una tasa de reutilización posterior de esas aguas del 90% respecto a la capacidad total de la planta.
La innovación como motor de cambio
La firme apuesta de Agbar por la innovación ha sido instrumental en la proliferación de nuevas tecnologías y soluciones para la preservación de los recursos hídricos y la optimización del ciclo integral del agua. Esta apuesta se materializa en Cetaqua, el centro tecnológico del agua, desde donde se lideran diversos proyectos, entre los que también se encuentran iniciativas para garantizar la idoneidad de las aguas regeneradas según su uso previsto. Destacan plantas experimentales como Mataró Reuse, a través de la cual se demuestra la viabilidad técnica y económica de la regeneración procedente del afluente secundario de la EDAR de Mataró, o el proyecto europeo LIFE WARRIOR, coordinado por Cetaqua y cofinanciado por la Comisión Europea y cuyo objetivo es desarrollar y validar un esquema innovador de regeneración de agua, garantizando el cumplimiento de los estándares europeos para el riego de cultivos.
El impulso a las nuevas tecnologías digitales y su firme apuesta por la innovación han demostrado ser una de las claves del modelo de éxito del grupo en lo referente a la gestión del agua, su tratamiento y su reutilización.
Sin embargo, la alarmante situación de sequía en la se encuentra nuestro país pone de manifiesto que es necesario continuar impulsando la regeneración, entre otras soluciones, como fuente alternativa esencial para garantizar el acceso a recursos hídricos estables y de calidad para todas las personas. Por ejemplo, en Catalunya, donde la situación es ahora más severa, la distribución del agua de consumo revela que su procedencia se reparte de forma prácticamente equitativa entre regeneración, desalación, y acuíferos y ríos (un tercio cada una).
Es vital mantener un marco regulatorio sólido, claro e innovador para impulsar los avances en la reutilización, potenciando una gobernanza del agua que logre anticiparse a los impactos del cambio climático. La colaboración público-privada, que permite fomentar este marco necesario, además de impulsar la innovación y de la inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías, forman la base sobre la que se construirá la resiliencia hídrica del futuro asentada en la reutilización del agua.