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Con motivo del Día Mundial del Agua, Grupo Coxabengoa, a través de su división de agua, Abengoa Water, líder en soluciones de desalinización y gestión hídrica, pone sobre la mesa la importancia de abordar de manera efectiva los desafíos que enfrenta la gestión del agua.
La compañía española, que ha puesto en marcha el 10 % de la capacidad instalada en el mundo (con una capacidad instalada de más de 4 millones de m3 diarios) ha concluido con éxito uno de los grandes hitos del sector: el cierre de las pruebas finales de la fase de operación comercial de Taweelah, la mayor planta desaladora de ósmosis inversa del mundo, ubicada en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos). Con una producción de casi un millón m3/día, garantiza el suministro a cuatro millones y medio de personas aproximadamente durante todo el año. Así, la multinacional continúa garantizando el acceso vital al agua a los ciudadanos y contribuyendo al desarrollo de diferentes sectores económicos en un contexto de escasez hídrica cada vez más persistente. Con ella, Abengoa Water ya cuenta con 30 desaladoras.
Miguel Ángel Fernández, director general de Abengoa Water, afirma que “Las desaladoras, que se erigen como aliadas para combatir la sequía, suponen un desafío económico que requiere soluciones innovadoras y una visión a largo plazo. En Coxabengoa desarrollamos proyectos en este sentido, buscando sinergias entre nuestras divisiones de energía, servicios (operación y mantenimiento) y tecnología), para conseguir abordar los altos costes de producción y lograr, además, eficiencia energética”.
Así, uno de los principales desafíos en el proceso de desalinización es el elevado consumo eléctrico, principalmente atribuible al proceso de ósmosis inversa, que ha demostrado ser más eficiente que los utilizados hace unos años. En este sentido, Grupo Coxabengoa ha demostrado su capacidad para desarrollar proyectos complejos desde el punto de vista técnico, y también para adaptarse a condiciones de trabajo adversas, en países muy diversos, como es el ejemplo de Taweelah, que destaca además por su eficiencia energética excepcional, con un consumo específico inferior al previsto. Al combinar la producción de agua potable con la generación de energía limpia, gracias a la instalación de un campo solar fotovoltaico de más de 70 MWp de potencia, logra autoabastecerse de una forma sostenible y de reducir su dependencia de los combustibles fósiles.