Empresas Premium
La Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), que recoge y gestiona más de 21.000 toneladas de prendas, se ha reunido con Júlia Boada, la diputada de Sumar por En Comú Podem.
La diputada de Sumar presentó el pasado mes de enero una proposición no de ley en la que emplazaba al Gobierno a resolver el problema de la fast fashion y a poner en marcha una campaña de consumo responsable de ropa para concienciar a la ciudadanía. Entre otras medidas, el texto también proponía el establecimiento de criterios de diseño circular en la fabricación de prendas, mecanismos que faciliten un amplio despliegue del sector de la reutilización y reparación en el ámbito de la moda, así como la creación de un programa nacional de control y seguimiento del ciclo de vida de los productos textiles, en colaboración con las ONG conocedoras del tema.
La reunión ha servido para analizar el impacto de los residuos textiles en el planeta, “una preocupación compartida” tanto por la asociación como por la formación política. “Desde AERESS consideramos urgente que se aplique la jerarquía de residuos a la producción textil en España: reducir, reutilizar y reciclar. Creemos que es el momento de hacerlo, y en eso trabaja el sector de la Economía Social, pero lograrlo exige la colaboración de todos, desde los políticos y la Administración, hasta los consumidores”, ha explicado Carmen Aja, directora de la asociación.
La delegación de Sumar y en Comú Podem ha realizado una visita guiada a las instalaciones de Solidança, entidad asociada a AERESS, a la que se han sumado también representantes de Engrunes y Andròmines, también miembros de la red.
Allí pudieron conocer de primera mano las mejores prácticas en materia de inclusión sociolaboral y gestión de residuos de las entidades de la red y, como explica Andrea Membrado, responsable de comunicación de la asociación, “hemos abordado temas como los nuevos retos de Ley de Residuos y los cambios que introduce en la gestión de residuos textiles, como la transición hacia sistemas de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) y objetivos ambiciosos de recogida”.