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La Asociación Española del Gas, Sedigas, destaca la importancia crucial de los gases renovables, en particular el biometano, para alcanzar la neutralidad climática mediante la descarbonización de nuestro sistema productivo.
Así se ha señalado en la jornada que ha tenido lugar el 27 de febrero en Madrid, organizada por Sedigas y Biomethane Industrial Partnership Europe, y en la que se han abordado las oportunidades que este gas renovable representa para el futuro energético sostenible de Europa, y cómo resulta esencial para una transición energética eficiente, justa e inclusiva.
El desarrollo de esta jornada ha permitido el intercambio de conocimientos y experiencias entre los distintos actores involucrados en la cadena de valor del biometano y destacar la relevancia de esta fuente de energía renovable en el marco de las políticas energéticas europeas.
El evento contó con la participación de representantes de la Comisión Europa, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, de asociaciones sectoriales europeas como European Biogas Association (EBA) y Eurogas, así como de destacados directivos de compañías como Enagás GTS, Nedgia, bp o Prezero, plenamente involucradas en el desarrollo del mercado del biometano en España.
En el transcurso de la jornada, el presidente de Sedigas, Joan Batalla, ha señalado que “el biometano es, desde hace tiempo, un elemento protagonista en el marco de las políticas energéticas europeas. En este sentido, resulta esencial destacar que España cuenta con un papel fundamental para que Europa pueda lograr el objetivo comunitario de producción de 35.000 millones de metros cúbicos (35 bcm) de biometano al año en 2030, tal y como se establece en el Plan REPowerEU de la Comisión Europea”.
Además, ha recordado que la Comisión Europea elaboró un informe país en el que por primera vez se incluyó una mención específica al potencial español en biometano como palanca estratégica para la transformación del sistema energético y la descarbonización de nuestra economía. De esta forma, sin la contribución “solidaria” de España, acorde con su potencial, la Unión Europea no logrará alcanzar esos 35 bcm en la fecha señalada.
A nivel nacional, debido al considerable tamaño del sector agroalimentario y ganadero de nuestro país, España destaca por su elevado potencial en la producción de biometano. El informe de la EBA clasifica a España como uno de los países europeos con mayor capacidad de generación. La expansión del sector es una realidad, ya que el número de instalaciones que producen biometano y lo suministran a la red de gas ha crecido de cinco a finales de 2022 a nueve hoy en día, con una optimista perspectiva de incremento sustancial del número de plantas operativas a finales de este año, según los planes presentados por un buen número de productores y promotores de esta tecnología. En los últimos doce meses, el volumen inyectado a la red se incrementó más de un 40% hasta alcanzar los 257 GWh.
Además, el desarrollo del biometano en nuestro país también tiene el potencial de promover la economía circular y revitalizar las zonas rurales, creando empleo y fomentando el desarrollo tecnológico. La construcción y operación de plantas de producción, la cadena completa de suministros y servicios asociados, favorecen un efecto multiplicador en la economía local que puede ser un motor clave para detener el despoblamiento rural, porque requiere de mano de obra cualificada, ofreciendo oportunidades así a los jóvenes, contribuyendo así a combatir el éxodo rural. Su aprovechamiento supondría la puesta en marcha de 2.326 plantas de producción, que movilizarían una inversión de casi 40.500 millones de euros, y generaría cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento.
En el marco de esta jornada, los diferentes participantes han señalado como prioritario la necesidad de contar con un marco regulatorio que apoye decididamente su producción con políticas diseñadas para eliminar obstáculos innecesarios y proporcionar incentivos claros para la inversión. La simplificación de la burocracia administrativa y la creación de un entorno legislativo favorable –como ocurre en alguno de los países vecinos como Francia o Portugal-, son otros de los elementos fundamentales para desbloquear todo el potencial identificado. En definitiva, se ha abogado por el reconocimiento del biometano como una prioridad estratégica para la política energética y climática de la UE.