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La Comisión Europeo ha dado un paso más para la propuesta de revisión de Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, tomada el 26 de octubre de 2022, y que permitirá renovar la Directiva de 1991.
De esta forma, el pasado 29 de enero se alcanzaba un acuerdo político provisional entre el Parlamento Europeo y el Consejo que permitirá la revisión de una Directiva que cuenta ya con más de 30 años de vigencia. Esta Directiva revisada reforzará sustancialmente la protección de la salud humana y del medio ambiente frente a los vertidos nocivos de aguas residuales urbanas. También dará lugar a ríos, lagos, aguas subterráneas y mares más limpios en toda Europa, señalan desde la Comisión.
Con las nuevas medidas en vigor, se eliminarán más nutrientes de las aguas residuales urbanas y se aplicarán nuevas normas a los microcontaminantes. La Directiva se aplicará ahora a un número más amplio de zonas, ya que abarcará también aglomeraciones más pequeñas a partir de 1,000 habitantes.
De conformidad con el principio de “quien contamina paga”, la nueva ley garantizará que los costes de esta protección sean sufragados parcialmente por la industria responsable, en lugar de por las tarifas del agua o el presupuesto público. Además, impulsará al sector de las aguas residuales hacia la neutralidad energética y climática. También mejorará la gestión de las aguas pluviales, que adquirirán cada vez más importancia ante el aumento de las fuertes precipitaciones debidas al cambio climático.
Por último, garantizará el acceso al saneamiento en los espacios públicos para los dos millones de personas más vulnerables y marginadas de la UE. Esto está en consonancia con los requisitos establecidos en la Directiva sobre el agua potable revisada recientemente adoptada, que exige el acceso al agua para todos.
La nueva Directiva exigirá la eliminación de más nutrientes y microcontaminantes de las aguas residuales urbanas, en particular de los procedentes de productos farmacéuticos y cosméticos tóxicos. Introducirá un seguimiento sistemático de los microplásticos en las entradas y salidas de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales urbanas, así como en los lodos. Un seguimiento adicional de las sustancias químicas para siempre, como las PFAS, mejorará los conocimientos existentes sobre la difusión de estas sustancias químicas a través de las aguas residuales urbanas.
La nueva Directiva aplicará por primera vez el principio de “quien contamina paga” en el sector del agua de una manera específica: las industrias más contaminantes, los productos farmacéuticos y cosméticos, deberán pagar al menos el [80 %] del coste de eliminación de microcontaminantes (conocido como tratamiento cuaternario). Esto limitará el coste de los nuevos requisitos para los ciudadanos.
Además, los parámetros clave relacionados con la salud serán objeto de un seguimiento periódico en las aguas residuales urbanas, incluida la resistencia a los antimicrobianos o la COVID-19 del SARS en caso de pandemia.
El Parlamento Europeo y el Consejo tendrán ahora que adoptar formalmente la nueva Directiva antes de que pueda entrar en vigor. A continuación, entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Los Estados miembros tendrán después que empezar a trabajar en la aplicación de los requisitos y enviar los primeros programas nacionales de ejecución actualizados en 2026.