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De esta forma, el Gobierno catalán aprobó el pasado 16 de enero, diferentes acuerdos para optimizar el uso del agua en el escenario de emergencia por sequía. Concretamente, ha dado luz verde a tres acuerdos con el objetivo de aplicar modificaciones puntuales en el Pla de Sequera, definir acciones en sectores como el ganadero y el urbanístico y fijar unos caudales de emergencia en los ríos Ter, Llobregat y Muga para preservar el volumen de agua en los embalses. Estas medidas también se aplicarán en los municipios que dependen del embalse de Darnius Boadella, que se encuentra en fase de emergencia desde septiembre de 2023.
En concreto, como señalan desde la Agencia Catalana del Agua, el uso del agua para riego de jardines y zonas verdes, tanto de carácter público como privado, estará prohibido, salvo algunas excepciones en el escenario de emergencia I (200 litros/habitante/día) y II ( 80 litros/habitante/día) que se detallan a continuación:
A día de hoy, el 1 de febrero la Generalitat de Cataluña decretaba el nivel de emergencia Fase I para el sistema Ter-Llobregat, que abastece a Barcelona, su área metropolitana y también a Gerona y su entorno, lo que conforma un total de 202 municipios afectados en conjunto, con seis millones de habitantes.
Por lo que respecta a Andalucía, el Consejo de Gobierno de la Junta andaluza aprobó el 29 de enero su IV Decreto de Sequía de Andalucía, un paquete de medidas con una inversión de 217,8 millones de euros a través del que se activarán, de forma inminente, nuevas acciones para luchar contra los efectos de la sequía y prevenir los efectos de un posible escenario aún más complicado que el actual.
El IV Decreto de Sequía del Gobierno andaluz incluye el inicio inmediato de obras en las comarcas malagueñas de la Axarquía, Guadalhorce y la Costa del Sol, el Campo de Gibraltar, el Levante de Almería, Guadalete y Barbate en Cádiz y Béznar y Rules en Granada.
Asimismo, este IV Decreto de Sequía incluye un segundo bloque de actuaciones prioritarias con obras a medio plazo, más allá del verano, así como el auxilio a zonas necesitadas fuera de las cuencas hidrográficas de competencia autonómica, para ayudar a municipios de Sevilla, Jaén y Córdoba.
El incremento de la desalación también será clave, con la ampliación de la desaladora de la Costa del Sol, en Marbella, mejora que le permitirá llegar hasta los 20 hm3 y se complementa con la que ya está en marcha del III Decreto de Sequía, en el que se duplicó su capacidad de 6 a 12 hm3.
El IV Decreto de Sequía vuelve a poner su atención en las necesidades actuales y de futuro del sector agrícola andaluz. En concreto, se incluyen ayudas a través de líneas directas, exenciones fiscales y nuevas infraestructuras para aportar la conexión a las aguas regeneradas a los regantes y agricultores. En este sentido, la gran novedad, es la línea específica, por valor de 50 millones de euros, para la recuperación del potencial productivo para los cultivos más afectados por la sequía, mientras que para la ganadería se mantienen la excepción para la alimentación convencional del ganado ecológico por la situación de sequía, señalan desde la Junta.
Por último, el Gobierno andaluz asumirá la puesta en marcha de las conexiones a las aguas regeneradas en las zonas regables de la margen izquierda del Bajo Guadalete– Costa Noroeste, Guadalhorce, Guaro, la cabecera del Guadalhorce en Antequera, Motril–Salobreña y zonas del Levante almeriense (Vera, Mojácar y Cuevas del Almanzora). Esta revitalización del uso de aguas regeneradas se suma a las ayudas por cuatro millones de euros para las comunidades de regantes en materia de asesoramiento para contribuir a su constitución y mantenimiento, así como a las exenciones en la cuota del canon de regulación que se mantienen, añade el comunicado emitido por la Junta.