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Capsa Food optimiza sus procesos de limpieza con el proyecto Cleaner 360 °, gracias al cual recupera en torno al 70 % de los productos químicos empleados. Esta empresa contribuye también a la prevención del consumo de recursos y la generación de residuos en origen para darles una segunda vida a través de su proyecto "El poder de las segundas oportunidades".
Cleaner 360 ° consiste en la instalación de una planta de recuperación y reutilización de soluciones de limpieza (productos químicos y agua) empleados en los procesos de limpieza de las líneas productivas, permitiendo su recuperación, un tratamiento adecuado de las mismas y garantizando en todo momento la seguridad alimentaria; pero con el valor añadido de incorporar el primer paso de la economía circular, la minimización del consumo de recursos naturales evitando, además, la generación de residuos.
Asimismo, el proyecto optimiza el consumo energético, ya que para que la limpieza sea efectiva es necesario precalentar las disoluciones a una temperatura de 80 °C, y, al recuperar la solución aún caliente, se reduce el salto térmico y, por tanto, también el consumo de combustibles y sus emisiones de CO2 asociadas, disminuyendo de manera muy relevante la huella de carbono del proceso y contribuyendo así a la mitigación del cambio climático.
La implantación se ha llevado a cabo en una primera fase en su fábrica de Villagarcía, de tamaño mediano, y actualmente se encuentra en proceso de implantación en la fábrica de Granda, Asturias, la mayor instalación del grupo.
Gracias a este proyecto se han optimizado los procesos de limpieza, recuperando entorno un 70 % los químicos empleados (76 % de sosa y 71 % de ácido), reduciendo un 70 % el consumo de agua, y produciéndose un ahorro de gas natural del 41,4 % en el proceso. Además de, reducir las emisiones directas de CO2 asociadas al proceso y ahorros económicos derivados de la reducción del consumo de recursos.
Por su parte, en Capsa Food realizan múltiples acciones que contribuyen a la prevención del consumo de recursos y la generación de residuos en origen, así como su óptima gestión para darles una segunda vida convirtiéndolos en recursos de gran valor añadido. Para ello, basan su gestión en un modelo de economía circular que sigue los principios de la Fundación Ellen MacArthur y se extiende a su cadena de valor, habiendo sido la primera empresa española en contar con una “Estrategia de Economía Circular” certificada por un tercero.
A través del proyecto “El poder de las segundas oportunidades”, impulsa la economía circular fomentando el desperdicio cero, apostando por un modelo de innovación compartida que desarrolla alianzas estratégicas y proyectos innovadores con el firme propósito de generar impacto positivo en la sociedad.