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No podemos negar que a día de hoy el consumo y la gestión eficiente de la energía es un reto al que se enfrentan las empresas. Este reto surge por la necesidad de abaratar costes; y es que en los últimos años hemos registrado unas subidas en los precios de energía realmente importantes, pero además, también se trata de una estrategia necesaria para contribuir a la lucha contra el cambio climático. La industria lleva años poniendo en marcha programas de eficiencia energética en los que contar con una empresa de energía solar es imprescindible; y es que entre las distintas acciones de estas estrategias, la colocación de paneles solares para minimizar el gasto eléctrico es la más recurrente. ¿El motivo? Las innumerables ventajas para las empresas.
Aunque no es posible ser autosuficiente al 100% de la energía solar, colocar paneles solares sí puede reducir enormemente los suministros de electricidad. Sin duda es una excelente noticia para las empresas, dadas las recientes subidas de los precios de la luz.
Con la instalación de estas placas, las empresas podrían ahorrar hasta el 60% de la factura anual. Esto, evidentemente, repercute positivamente en el balance de cuentas anuales.
Otro motivo por el que las empresas cada vez apuestan más por los paneles solares es que con ellos se reduce la huella de carbono de las empresas. Esto es debido a que la energía solar es muy poco contaminante. No se requiere ningún proceso químico ni se expulsan sustancias nocivas a la atmósfera. Esta energía solar no contribuye, por tanto, al calentamiento global ni al efecto invernadero.
Es cierto que las placas solares que se instalan en una empresa, por norma general, son bastante más grandes que las que se utilizan en una vivienda. Esto hará que el mantenimiento sea también mayor. Además debemos tener en cuenta la elevada inversión al principio.
No obstante, a posteriori el mantenimiento tiene un coste muy bajo. Siendo esto uno de los principales atractivos.
Acciones como la instalación de placas solares en una empresa favorecen lo que se conoce como RSC (Responsabilidad Social Corporativa) de la empresa. Se trata de la contribución voluntaria y activa de la empresa a la mejora social, económica y medioambiental de nuestro planeta. Las políticas de RSC se encargan de mejorar la situación competitiva de una empresa y agregar un valor añadido a la misma.
En una sociedad en la que el cuidado del planeta es una necesidad absoluta, encontrar empresas que se encarguen de velar por el medioambiente gusta, y mucho. Por este motivo, una empresa que apuesta por la energía solar es una empresa que tendrá mayor reconocimiento social.
Además de este reconocimiento social, hay que señalar que desde la administración hay muchísimas ayudas en forma de subvenciones para las empresas que apuestan por estrategias de eficiencia energética y sostenibilidad.
Por otro lado, son muchas las instituciones que periódicamente se encargan de premiar a las empresas más comprometidas con el medioambiente, algo que aumenta el valor de marca.
Por último, hay que recordar que la inversión en energía solar es una inversión con un retorno relativamente rápido. Es cierto que en el caso de las empresas, las instalaciones son más grandes y, por tanto, más caras. No obstante, teniendo en cuenta el nivel de energía que se consume en una empresa, esta recuperación seguirá realizándose en pocos años.