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Robots aéreos dotados de capacidades cognitivas para procesar información y planificar tareas gracias a la inteligencia artificial, con habilidades sin precedentes para interaccionar con objetos del entorno y con compañeros de trabajo humanos, capaces de asociarse con múltiples robots aéreos, de manipular objetos y de transformarse en el aire para recorrer mayores distancias durante más horas. Estos son los robots aéreos desarrollados en el proyecto europeo Aerial Core que la filial de distribución de Endesa, e-distribución, ha probado en la supervisión de sus líneas eléctricas.
El objetivo: conseguir un aliado robótico que mejore las labores de inspección desde el aire de grandes infraestructuras, como la red eléctrica, que pueda realizar tareas de mantenimiento por sí mismo y ayudar a los trabajadores humanos para mejorar la seguridad de sus actuaciones. “En definitiva, ser uno más de la cuadrilla, pero con superpoderes”, afirma Jacob Rodríguez, responsable de Proyectos Financiados dentro de e-distribución, quien destaca otras de sus ventajas: reducir las emisiones de CO2 y los costes al servir de alternativa a las revisiones con helicóptero.
El proyecto, financiado con 8,6 millones de euros por la UE dentro del programa H2020 se lanzó a finales de 2019 y presenta ahora sus resultados. Han participado 15 socios europeos líderes en su sector entre empresas, centros tecnológicos y universidades coordinados por la Universidad de Sevilla de la mano del profesor Aníbal Ollero, director Científico del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales, CATEC. Las infraestructuras de e-distribución, que gestiona 317.000 kilómetros de líneas aéreas en España, se han utilizado para probar la viabilidad de estos nuevos aliados para el trabajo en campo.
Aerial Core ha supuesto dar un paso más en la robótica aérea con el desarrollo de drones automatizados con funcionalidades hasta ahora no exploradas, un ejemplo de tecnología puesta al servicio de las personas para reducir al máximo los riesgos de los trabajos en altura. El proyecto ha hecho realidad el primer robot aéreo que integra capacidades cognitivas en la percepción del entorno y en el trabajo en equipo con múltiples robots aéreos. Se ha utilizado la inteligencia artificial y las técnicas de aprendizaje automático para su entrenamiento y se han integrado una serie de dispositivos y funcionalidades para mejorar y ampliar su rendimiento.
Los dispositivos y funcionalidades de los robots aéreos se han probado en el Atlas Flight Center de Villacarrillo en Jaén, donde se ha podido medir su efectividad en condiciones reales tanto en las inspecciones de largo alcance como en las inspecciones precisas locales, que llegan a mostrar el detalle de áreas inferiores a dos milímetros. Las pruebas han permitido además realizar un mapeo 3D de la infraestructura eléctrica y el entorno que la rodea utilizando tecnología LIDAR y validar su capacidad para manipular elementos de la red con total seguridad.
“El objetivo ahora es utilizar estos nuevos aliados aéreos en las zonas autorizadas por el regulador para volar estos aparatos sin necesidad de mantener contacto visual, principalmente en zonas remotas, alejadas de los núcleos urbanos. Sin duda, pueden ayudarnos a trabajar de forma más eficiente y segura. Con Aerial Core se ha abierto un nuevo capítulo en la robótica que va a suponer grandes mejoras en el trabajo en campo”, concluye Rodríguez.
Todos los conocimientos adquiridos en este proyecto sobre robots aéreos con IA se siguen aplicando en otra iniciativa liderada por e-distribución, en el Parque Nacional y Natural de Doñana, en Huelva. En este proyecto de innovación tecnológica pionero en Europa, denominado RESISTO, plantea el desarrollo de un sistema de análisis predictivo ante eventos climáticos y otros fenómenos mediante del uso de inteligencia artificial, así como de sensores, cámaras térmicas de vigilancia y una flota de drones autónomos con las funcionalidades de los desarrollados en el proyecto Aerial Core.
El consorcio AERIAL-CORE está formado por 15 socios de nueve países: Ocho universidades europeas (Universidad de Sevilla, Universidad de Zurich, Universidad de Tesalónica, Universidad de Twente, EPFL, CTU Praga, Universidad de Zagreb y Universidad de Southern Dennmark), dos centros tecnológicos, el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC), CIRCE y cinco empresas innovadoras (VES, FUVEX, Terabee, CREATE y e-Distribución como validador del proyecto).