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Canarias avanza en su propósito por liderar la descarbonización del transporte con la puesta en marcha de Biogreenfinery, la primera biorrefinería 100% renovable de Canarias, una infraestructura singular sin precedentes en el panorama nacional y europeo.
Abordar la producción local sostenible de combustible limpio para transporte, principalmente hidrógeno verde para movilidad por carretera y combustibles de síntesis para la navegación marítima y aérea, es uno de los grandes retos que abandera el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), dependiente de la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación del Gobierno de Canarias, con el doble propósito de reducir la huella de carbono en el transporte y abrir paso a una industria energética prometedora para el desarrollo del Archipiélago y la creación de empleo verde.
Estas nuevas infraestructuras destinadas a la investigación y experimentación en combustibles renovables, ubicadas en las instalaciones del ITC en Pozo Izquierdo (Gran Canaria), han sido protagonistas y objeto de visita durante la primera jornada de la “Conferencia Internacional en Hidrógeno Verde y Combustibles Sintéticos”, foro de expertos de la industria mundial de las nuevas energías que tuvo lugar en Gran Canaria los días 18 y 19 de octubre, en la que intervinieron una decena de organizaciones miembro de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés), procedentes de Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Francia, Italia o Alemania, entre otros.
La biorrefinería, que ocupa una superficie de 2.000 m2 ubicados en las instalaciones que el ITC tiene en Pozo Izquierdo, al sureste de la isla de Gran Canaria, opera en régimen de autoconsumo, aislada de la red, gracias a un sistema híbrido compuesto por una planta eólica-fotovoltaica y un grupo de biodiésel (producido en el mismo centro de investigación) que aporta la energía renovable necesaria para producir hidrógeno verde, precursor en la síntesis de futuros combustibles sintéticos. En concreto, esta planta busca testar la producción de hidrógeno para su uso en transporte terrestre (coches, autobuses y otros vehículos pesados), producir amoniaco verde para su aplicación en el transporte marítimo y el desarrollo de futuros biocarburantes como queroseno de síntesis para su empleo en el transporte aéreo. Todo ello en escenarios donde las propias instalaciones gasistas permitan modular el consumo energético en función del recurso renovable existente.
La planta está equipada con dos electrolizadores de 1 kgH2/h y 3 kgH2/h, un generador de nitrógeno 4,2 kgN2/h, un reactor Haber-Bosch, sistemas de almacenamiento de gases, un dispensador para la carga de vehículos de hidrógeno, dos coches de hidrógeno y un autobús propulsado por pila de combustible de hidrógeno. El autobús será operado por la empresa de transporte interurbano de Gran Canaria, Global.
Se suman a estas instalaciones el sistema stand-alone de producción de energía renovable que alimenta a las instalaciones gasistas y que suponen una potencia fotovoltaica total de 325 kW, una potencia eólica de 100 kW, un banco de baterías de 100 kW/400 kWh y un grupo de biodiésel de 200 kVA.