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La Comunidad de Madrid está trabajando en la reutilización de los residuos vegetales urbanos para la producción sostenible de bioplásticos. Esta investigación que lleva a cabo el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) Energía, denominada proyecto RESOPLA, busca simplificar el proceso de conversión de estos desechos en plásticos mediante vías biotecnológicas innovadoras.
En la actualidad, solo se recicla el 18% de todos los residuos de este material generados en el mundo, mientras que el 58% se tira a vertederos o se acumula en el medio natural durante un largo período de tiempo. Esta situación ha provocado que la contaminación por microplásticos haya alcanzado un nivel muy importante en el aire, el agua y en diferentes animales marinos.
Los bioplásticos, producidos a partir de restos orgánicos mediante técnicas biológicas en lugar de con derivados del petróleo, pueden jugar un papel clave para conseguir una sociedad más sostenible. Entre sus diferentes tipos está el ácido poliláctico (PLA), que presenta una amplia versatilidad y puede ser empleado en multitud de sectores industriales como la cosmética, la medicina o la alimentación.
Sin embargo, su fabricación depende del coste de las materias primas. En este sentido, la investigación que lidera la Unidad de Procesos Biotecnológicos de IMDEA Energía, en coordinación con la Unidad de Biocarburantes del CIEMAT, parte de la base de que la expansión de las áreas vegetales urbanas genera grandes cantidades de residuos que, con un bajo coste, podrían emplearse para crear moléculas plataforma como el ácido láctico, a partir de la cual se origina el citado PLA.
Así, se están evaluando diferentes vías y rutas biotecnológicas innovadoras que consigan simplificar el proceso hacia la obtención eficiente y económica. En comparación con los plásticos convencionales, la producción de este tipo sigue siendo pequeña, por lo que el potencial de crecimiento, innovación y desarrollo económicamente competitivos es todavía muy amplio.