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La transición energética se ha convertido en una necesidad para la industria catalana, tanto por razones normativas como para garantizar la competitividad de todo su tejido industrial. En un escenario de inestabilidad y fluctuaciones de precios, la dependencia de una parte de la industria catalana respecto al gas natural o la energía nuclear puede suponer un problema para su competitividad e incluso para su supervivencia.
Albert Concepción, director del Foro Industria y Energía
Desde un punto de vista estrictamente normativo, ya no hay vuelta atrás para la descarbonización de la economía, ni en Catalunya, ni en España, ni en Europa. Es una simple cuestión de plazos de obligado cumplimiento, que pudieran sufrir demoras coyunturales a consecuencia de la inestabilidad geopolítica, pero, en cualquier caso, dentro de un proceso que está decidido porla Unión Europea e identificado como el eje troncal de sus políticas para los decenios venideros.
A ello se une la necesidad de la industria de apostar por energías renovables, eficientes y cuya disponibilidad no dependa de terceros países, que aseguren su competitividad al mismo tiempo que su compromiso con el medio ambiente, una cuestión irrenunciable en el momento actual.
ALTA DEPENDENCIA DEL GAS NATURAL
Según los últimos datos del Institut Català d’Energia, el 46% de la energía consumida por las industrias radicadas en Cataluña procedía del gas natural y el 37,9% de electricidad. Aunque todo hace suponer que la paulatina electrificación de los procesos industriales y la presión de los precios están modificado estas ratios, aún queda un amplio camino por recorrer.
Se da la particularidad de que, en Catalunya, la presencia de energías renovables a día de hoy sigue siendo muy escasa. Según los expertos del Foro Industria y Energía, solo el 20% de la energía consumida por la industria catalana procede de renovables. Los motivos de esta baja presencia son diversos, entre ellos, una amplia densidad de población y una extensión voluminosa de tejido industrial, que reduce en gran medida el espacio disponible para el desarrollo de parques renovables.
Teniendo en cuenta este escenario, el reto de la descarbonización de la industria catalana es especialmente complejo, si bien necesario por los motivos descritos. Y obligado. Cabe recordar que el Pacto Verde Europeo establece el objetivo de que el 40% de la energía se genere a partir de renovables en 2030. Por su parte, el plan RepowerEU va más allá, y establece aumentar el objetivo principal para 2030 en materia de energías renovables del 40% al 45%, además de duplicar la capacidad solar fotovoltaica de aquí a 2025 e instalar 600 GW hasta 2030.
En esta línea, la Generalitat de Catalunya, en su Prospectiva Energètica de Catalunya (Proencat 2050), contempla alcanzar la neutralidad climática en el 2050, lo cual implica el abandono del modelo energético fósil-nuclear y el logro de la soberanía energética con energías renovables, todo ello minimizando la ocupación del territorio.
DIAGNÓSTICO Y HOJA DE RUTA
El futuro inmediato y próximo de la industria catalana será uno de los asuntos principales de debate en el Foro de Industria y Energía, FIE2023, que tendrá lugar el próximo 13 de septiembre en Barcelona. El evento, que celebra su segunda edición y en el que se reunirán autoridades, técnicos y representantes destacados de los subsectores industriales principales con implantación en Catalunya y otras partes de España, analizará los desafíos a los que se enfrentan factorías, complejos fabriles y centros de producción en tiempos de transición ecológica.
Entre los cargos institucionales, se espera la más alta representación institucional de la Comisión Europea, del Gobierno de España y de la Generalitat de Catalunya, así como del Ayuntamiento de Barcelona, con el fin de garantizar una percepción lo más plural posible del estado real en el que se encuentra el sector industrial, así como un diagnóstico válido para garantizar su pervivencia y pujanza.
El evento recogerá además la opinión de diferentes representantes de la industria y la energía sobre los modelos de presente y de futuro de la gestión energética, ahondando en cuestiones como la nueva regulación de las redes de distribución de energía eléctrica cerradas y la gestión energética renovable en polígonos industriales., con la participación de la Unió de Polígons Industrials de Catalunya (UPIC), Levitec y Forestalia, y conoceremos de primera mano ideas y proyectos que pretenden mejorar la gestión energética de la industria y apuntan a integrar los intereses del territorio con las necesidades de los diferentes sectores industriales.
ELECTRIFICACIÓN Y COMPETITIVIDAD
Ciertamente, si bien la operatividad del tejido industrial depende de la disponibilidad de energía, también es preciso distinguir entre la industria tradicional, muy dependiente en materia de suministro a gran escala, y los nuevos subsectores, más modernos y digitalizados, los cuales, si bien también requieren importantes aportes energéticos, son más fácilmente electrificables, lo cual en cierto modo allana el camino.
En suma, la industria catalana debe ser capaz de seguir siendo competitiva, incorporando las renovables a su máximo nivel y a su vez sometiéndose al imperativo de ocupar el menor espacio físico posible. Todo un rompecabezas cuyas piezas serán analizadas con detalle en el FIE2023, con el objetivo de establecer una hoja de ruta viable y eficiente que aplicar en lo sucesivo.