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Facsa, en colaboración con la Universitat Politècnica de Valencia y la Universidad de Valladolid, está liderando un nuevo proyecto de investigación vinculado a las bombas sumergibles de los pozos profundos con el fin de desarrollar una metodología de prevención que aumente la garantía de suministro de agua a la población.
Considerando toda el agua dulce del planeta en estado líquido, el agua subterránea es, a pesar de su aparente “invisibilidad”, 30 veces más abundante que el agua superficial y representa casi el 80% de los recursos totales que se utilizan para el abastecimiento urbano.
En algunas zonas, las aguas subterráneas constituyen el único recurso hídrico disponible y su sistema de extracción la clave para cubrir las necesidades de agua para los diferentes usos y favorecer el desarrollo económico de la zona en cuestión.
Sin embargo, la profundidad a la que se encuentran en la mayoría de los casos las bombas sumergibles de extracción de agua dificulta su control y mantenimiento, una cuestión que expone a los municipios a un mayor riesgo de interrupción del suministro.
El innovador proyecto, que evitará las interrupciones de suministro en numerosos municipios, cuenta con un presupuesto de 739.310,98 euros. Ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación dentro del Plan de Recuperación, Transferencia y Resiliencia y por la Unión EuropeaNextGenerationEU/PRTR.
Hasta el año 2025, el consorcio trabajará en el desarrollo de un innovador sistema que permita tanto detectar como prevenir la degradación de componentes clave del funcionamiento de las bombas sumergibles, lo que evitará, primero, el costo de reposición, y segundo, el daño secundario que causa el fallo de estos elementos y que podría derivar en la interrupción del suministro.
“Prevenir el desgaste de elementos claves de las electrobombas sumergibles supone un gran impacto económico y un avance importante para asegurar el suministro a los municipios que apliquen esta metodología”, ha explicado Miguel Ortiz, subdirector del área de Abastecimiento de Facsa, quien además ha resaltado que “ante la existencia de más de 40 millones de pozos en el mundo, una solución como esta contribuye de forma notable a una mejora en la gestión de los recursos hídricos”.