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La Asociación Española de la Biomasa publica su último informe sobre redes de calor y frío con biomasa en España con datos hasta 2022, generales y desglosados por comunidades autónomas y provincias.
En 2022 se pusieron en funcionamiento 17 nuevas redes con biomasa, un incremento del 3,7% respecto a 2021, y ya son 479 instalaciones, mientras que en potencia el incremento ha sido del 10,1%, hasta alcanzar los 462 MW.
El número de instalaciones sigue creciendo año a año, apunta Javier Díaz, presidente de AVEBIOM, aunque,“no logra aumentar al ritmo que permitiría el enorme potencial de recurso biomásico de España, que aún podría contribuir mucho más a descarbonizar la economía y aumentar la independencia energética del país”.
La astilla es el biocombustible más utilizado, seguida del orujillo y los pellets. En total, las redes de calor y frío con biomasa consumen alrededor de 200.000 toneladas de biocombustibles al año.
Cataluña y Castilla y León continúan a la cabeza de forma destacada en número de redes y potencia instalada. La primera cuenta con 218 instalaciones (93,5 MW), el 45,5% de todas las redes inventariadas. En la comunidad castellanoleonesa se contabilizan 69 redes y 141,5 MW instalados, más del 30% de la potencia total en España.
Cada una de ellas están siguiendo modelos y estrategias de promoción diferentes. Mientras en Cataluña las diputaciones provinciales y los consells comarcals promueven la construcción de redes en pequeños municipios, sensibilizados con la gestión y aprovechamiento de su patrimonio forestal; en Castilla y León, la empresa púbica SOMACYL, a través convenios con municipios interesados, y la iniciativa privada están detrás de proyectos de gran envergadura en las capitales de provincia y otras localidades.
Es destacable que tan solo 10 redes ofrecen frío, cuatro de las cuales se encuentran en Islas Baleares.
Empresas y promotores como Veolia, Engie, REBI, DH Ecoenergías o SOMACYL siguen avanzando con nuevos proyectos en distintas ciudades de España. Durante la Mesa redonda dedicada a las redes de calor, organizada en EXPOBIOMASA 2023 por AVEBIOM y ADHAC, sus representantes trasladaron a la audiencia su visión sobre el encaje de esta infraestructura en la generación de energía térmica para los ciudadanos en los próximos años.
Se abre un interesante campo para aumentar la eficiencia y reducir el consumo de energía primaria en las redes a través de la hibridación de la biomasa con otras tecnologías renovables y con la inyección de calor residual industrial en redes existentes y de nueva construcción.
La electrificación del parque de viviendas consolidado se considera difícil tanto técnica como económicamente. Sin embargo, las redes de calor bien podrían convertirse en sistemas de almacenamiento de la energía eléctrica.
Entre las necesidades que el sector de las redes de calor requiere solventar para acelerar su implantación destacan la definición de un marco normativo específico; que se consideren infraestructuras de utilidad pública de interés general para acelerar la adjudicación de licencias; o que se reduzca el IVA al calor generado en redes de biomasa.
A pesar de las dificultades, el objetivo de descarbonización de la economía establecido por la UE requiere de todas las vías posibles, y las redes de calor con biomasa son, sin duda alguna, una de las que se van a desarrollar en los próximos años.