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Un proyecto piloto entre ABB Robotics y la organización estadounidense sin fines de lucro Junglekeepers está demostrando el papel que la tecnología en la nube puede desempeñar para hacer que la reforestación sea más rápida, eficiente y escalable.
En una demostración sin precedentes, el cobot YuMi de ABB está automatizando las tareas de plantación en un laboratorio de la jungla, acelerando el proceso y permitiendo a los voluntarios de Junglekeepers enfocar su tiempo y recursos en un trabajo de mayor impacto.
A través de la tecnología RobotStudio Cloud de ABB, los expertos de ABB simulan, perfeccionan e implementan la programación necesaria para las tareas de YuMi en la jungla desde 12.000 km de distancia en Västerås, Suecia, convirtiendo a YuMi en el robot más remoto del mundo.
"La colaboración de ABB con Junglekeepers demuestra cómo la robótica y la tecnología en la nube pueden desempeñar un papel central en la lucha contra la deforestación como uno de los principales factores que contribuyen al cambio climático", dijo Sami Atiya, presidente de ABB Robotics and Discrete Automation.
En un laboratorio en la selva, ubicado en una región remota de la Amazonia peruana, se ha instalado un cobot YuMi para automatizar tareas esenciales en el proceso de siembra de semillas, normalmente un esfuerzo completamente manual. El cobot cava un hoyo en el suelo, deja caer la semilla, compacta el suelo en la parte superior y lo marca con una etiqueta codificada por colores. YuMi permite a los Junglekeepers replantar un área del tamaño de dos campos de fútbol todos los días en las zonas que requieren reforestación.
"Hasta ahora, hemos perdido el 20 por ciento del área total de la selva amazónica; sin usar la tecnología hoy en día, la conservación estará paralizada", dijo Moshin Kazmi, Cofundador de Junglekeepers. "Tener a YuMi en nuestra base es una excelente manera de exponer a nuestros guardabosques a nuevas formas de hacer las cosas. Acelera y expande nuestras operaciones y avanza nuestra misión".
La destrucción de la selva amazónica a través de actividades humanas como la tala y la quema para liberar la tierra para la agricultura están contribuyendo a los efectos devastadores del cambio climático. Se estima que más de 870.000 km² de la selva amazónica han sido talados desde 1985, un área más grande que Francia, Reino Unido y Bélgica juntos.
"El Amazonas está en peligro. Por eso necesitamos tecnología, ciencia y conocimiento local para trabajar juntos con el fin de salvarlo. De lo contrario, llegaremos demasiado tarde” dijo Dennis del Castillo Torres, director de Investigación de Gestión Forestal del Instituto de Investigación de la Amazonia Peruana. "Es muy importante combinar alta tecnología y conservación. Este robot puede ayudar mucho a reforestar más rápido, pero tenemos que ser muy selectivos. Tenemos que usarlo en áreas de alta deforestación para acelerar el proceso de replantación"