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Un equipo científico, liderado por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), ha estudiado cómo es posible que la materia orgánica procedente de plantas domesticadas sea más fácil de descomponer. Los resultados obtenidos revelan cambios en la abundancia y biodiversidad de organismos descomponedores en muestras de suelos con plantas domesticadas en comparación con aquéllos en los que había plantas silvestres.
Las observaciones realizadas confirman que la domesticación de las plantas por parte de los seres humanos puede haber alterado procesos del suelo y a su vez a otros procesos que ocurran en el ecosistema. El conocimiento de estos procesos puede ser utilizado con fines beneficiosos como puede ser la recuperación de fertilidad de los suelos, su restauración mediante regeneración de procesos (como el reciclado de la materia orgánica, observado en este caso), aprovechamiento de residuos vegetales, entre otros.
Al comparar las muestras de hojarasca procedente de plantas domésticas con las de sus parientes silvestres más cercanos, el equipo científico liderado por la URJC pudo observar que la hojarasca de los individuos modificados se descomponía más fácilmente provocando, a su vez, cambios en los organismos descomponedores del suelo. En algunos casos, los descomponedores se volvieron más diversos en comparación con aquéllos procedentes de suelos con hojarasca de plantas silvestres; en otros casos, se volvieron menos diversos.
Los resultados obtenidos, publicados recientemente en la revista científica Plant Soil, revelan que las comunidades de bacterias cambiaron en cada planta doméstica de manera diferente. Los hongos aumentaron sobre todo su diversidad y otros organismos como, por ejemplo, los nemátodos o “gusanos redondos” no vieron cambios en función de si la hojarasca procedía de plantas domésticas o silvestres.
Sin embargo, se observó un aumento de aquellas especies de nematodos que se alimentan de bacterias en los suelos con hojarasca procedente de plantas domésticas, evidenciando la alteración del proceso de descomposición a distintos niveles. “Lo llamativo de estos cambios es que no fueron iguales para los organismos que nosotros analizamos”, destaca Javier Palomino de la Rosa, investigador de la URJC y coautor del estudio.
Posibles alternativas a los fertilizantes químicos
En este trabajo se han comparado diferentes muestras del mismo suelo en los que se puso a descomponer hojarasca procedente de plantas domésticas y de sus parientes silvestres más cercanos (amaranto, borraja, col, mijo, achicoria, girasol, lechuga, tabaco, sorgo y maíz) durante tres meses. De una muestra se contaron e identificaron los gusanos nemátodos y de la otra se extrajo el ADN de bacterias y hongos para identificar su abundancia mediante técnicas metagenómicas, que son aquéllas que utilizan el estudio del material genético para ello.
“Es probable que la domesticación afecte al reciclado y permanencia de los nutrientes en el suelo, ya que diferentes comunidades de organismos del suelo consumen la hojarasca a un ritmo diferente y liberan los nutrientes de forma distinta. Sin embargo, se necesita más investigación para poder constatar los flujos de nutrientes concretos asociados a la descomposición de cada especie de cultivo. Conocer estos flujos podrían ayudarnos a utilizar los residuos vegetales de las cosechas a complementar el abonado del suelo y reducir el uso de fertilizantes químicos”, explica el investigador de la URJC.
Este estudio se ha llevado a cabo dentro del proyecto de investigación “Diversificación agrícola: condicionantes evolutivos y efecto sobre los servicios ecosistémicos”, que reúne a investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Universidad de Wageningen (Países Bajos) y de varios institutos pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Referencia bibliográfica: Palomino, J., García-Palacios, P., De Deyn, G.B. et al. Impacts of plant domestication on soil microbial and nematode communities during litter decomposition. Plant Soil (2023).