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Tras casi dos décadas de negociaciones, el marco legal, conocido como “Tratado de alta mar”, es el nuevo marco legal de Naciones Unidas para preservar la biodiversidad marina en aguas internacionales, posicionando al 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinando más dinero a la conservación y cubriendo el acceso y el uso de los recursos genéticos.
El Tratado de alta mar es el nuevo marco legal acordado por Naciones Unidas para garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de áreas que se encuentran fuera de las jurisdicciones nacionales.
Al acuerdo llegaron los delegados de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional, tras meses de trabajo y casi dos décadas de negociaciones, durante este primer fin de semana de marzo, lo cual significa que el texto quedó redactado para ser adoptado formalmente y ratificado por los países, para su entrada en vigor.
El objetivo es llevar al 30 % las áreas oceánicas protegidas, mientras actualmente se cuenta con algo más del 1 % de la biodiversidad de las zonas de altamar protegidas.
Las conversaciones facilitadas por ONU habían comenzado en 2004, de ahí la satisfacción del actual Secretario General de la ONU, António Guterres, quien felicitó a los países miembros y agradeció especialmente el liderazgo de la embajadora Rena Lee, de Singapur. Además, reconoció el apoyo crítico en la consecución del Tratado de alta mar por parte de las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, las instituciones académicas y la comunidad científica.
“Es una victoria para el multilateralismo y para los esfuerzos globales por contrarrestar las tendencias destructivas que enfrentan la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras”, expresó Guterres, apenas unas horas después de que se alcanzara el acuerdo en la sede de la ONU en Nueva York, donde tuvieron lugar las negociaciones finales sobre el borrador del tratado, durante las últimas dos semanas.
Este Tratado impulsará la declaración del el 30 % de los océanos del mundo como áreas protegidas, a través de mayores inversiones a la conservación marina y cubriendo el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos.
Guterres sostuvo que este pacto es crucial para abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Declaró, asimismo, que seguirá trabajando “para asegurar un océano más saludable, resistente y productivo, que beneficie a las generaciones actuales y futuras”.
El Secretario General de la ONU reconoció el apoyo crítico de las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, las instituciones académicas y la comunidad científica
En este sentido, según el Secretario General, el tratado resulta "vital para lograr los objetivos y metas relacionados con los océanos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal”, en referencia al llamado compromiso ´30x30´ para proteger un tercio de la biodiversidad del mundo, en tierra y mar para 2030. Este compromiso fue expresado en una conferencia de la ONU, en Montreal, en diciembre pasado.
A su vez, la decisión de la Conferencia sobre Biodiversidad Marina se basa en el legado de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Entre los próximos pasos a cumplir, figura la adopción formal del texto por parte de las delegaciones.