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Representantes de EPSAR, mostraron a representantes de IDA, ALADyR y AEDyR las instalaciones de una de las plantas de Regeneración de Agua más avanzadas de España, y pudieron conocer los aspectos que la posicionan como un ejemplo de buena gestión y colaboración entre actores de una misma comunidad para garantizar la sostenibilidad del recurso hídrico.
La provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana de España, es un modelo en la gestión de los recursos hídricos en Europa, con un 72% del agua depurada reutilizada, lo que equivale a 92 hm³ de agua al año. Dos tercios de esta agua se destinan a la agricultura, mientras que el tercio restante se utiliza para la regeneración de ecosistemas fluviales y humedales. La Comunidad Valenciana es la región de Europa que más volumen de agua reutiliza.
Alejandro Sturniolo, vicepresidente de la International Desalination Association (IDA); Javier Romero, vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR) y Domingo Zarzo, presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización de Agua (AEDyR), visitaron una de las plantas más importantes de la provincia ubicada en la ciudad de Benidorm, acompañados por Juan Ángel Conca, Gerente General, y Carlos Aliaga, Jefe del departamento de proyectos, obras y explotaciones de la EPSAR (Entidad de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad Valenciana),
Cada uno de los representantes de las Asociaciones resaltó un aspecto que puede extrapolarse a la realidad latinoamericana. Para Domingo Zarzo es importante destacar que queda demostrado, más allá de toda duda, que los efluentes son totalmente aprovechables si se cuenta con el tratamiento adecuado. “En este caso se utilizan para riego, pero bien podría llegarse a la calidad de agua potable si la legislación española lo permitiera, como ocurre en otros países o regiones tales como Singapur, California o Israel” dijo.
Por su parte, Javier Romero destacó la importancia de esta gestión ejemplar del ciclo del agua mediante un convenio entre la EPSAR, el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa y la Comunidad de Regantes del Bajo Algar para intercambiar derechos de extracción de aguas subterráneas por parte de los regantes por un similar caudal de agua municipal regenerada y desalada con una calidad apta para el riego de cultivos agrícolas pero no permitida para la reutilización potable directa según la legislación española vigente. “Se trata de un gran ejemplo de colaboración entre entidades para conseguir el mayor aprovechamiento posible del recurso hídrico, gracias a la planificación conjunta del uso de las aguas superficiales y subterráneas junto con las aguas regeneradas y con estas instalaciones se garantiza la disponibilidad de las aguas reutilizables para uso agrícola, así como la calidad adecuada con una conductividad máxima de 1.300 µS/cm, plenamente satisfactoria para el riego de los cultivos”.
Alejandro Sturniolo tomó la ocasión para introducir como el agua está relacionada con los 17 ODS´s, donde lo social, la economía y el medio ambiente se necesitan mutuamente. “Si dejamos de mirar a un efluente como un desperdicio, y entendemos que no es más que 99% agua potable y 1% de descarte circular, que puede ser aprovechado como fertilizante en paisajismo debido a su contenido en nutrientes y materia orgánica; combustible en la generación de energía térmica y eléctrica; construcción de ladrillos rellenos, y otras tantas oportunidades, estaremos más cerca de cumplir nuestros objetivos como sociedad”
Por otro lado, Sturniolo resaltó el extremado bajo consumo energético de este proceso de Reúso de efluentes de 0,4 kWh/m3, relacionados con muy bajas emisiones de CO2, “infinitamente más bajas que trasvasar agua desde kilómetros de distancia”. Al mismo tiempo, invitó a la EPSAR a presentar el caso de estudio a nivel mundial en el congreso IDA Sevilla, “Water and Climate Change” en Octubre de este año, dado que “es un excelente caso de estudio para promover la iniciativa de Water Positive, donde la industria agrícola podría ser su mejor socio para compensar su huella hídrica”.
La planta
Benidorm cuenta con una planta de tratamiento que destaca por la simbiosis entre la desalinización y el reúso de agua. Ambos procesos suceden en el mismo predio, lo que permite hacer un “blend” o mezcla y ser más eficientes en la distribución. La capacidad de la planta desaladora es de 33.000 m3/día, mientras que la de la EDAR es de 60.000 m3/día.
El agua desalinizada y reutilizada de Benidorm es muy bien recibida por las comunidades de regantes del Canal Bajo del Algar, que aseguran que su calidad es comparable a la del agua tradicionalmente utilizada. La planta desaladora permite liberar para consumo humano una cantidad equivalente de aguas blancas y hace compatibles los derechos históricos de los regantes con las nuevas demandas de agua para las empresas turísticas y los residentes urbanos.
Las instalaciones pueden entregar hasta 9 Hm3/año de agua residual regenerada que, siendo entregados a los regantes del Canal Bajo del Algar, permiten ahorrar la extracción de ese volumen de agua de los embalses del Amadorio y del Guadalest como fuentes potables de la localidad.
La gestión de los recursos hídricos en la provincia de Alicante y de Benidorm en particular, es un ejemplo a seguir para otros lugares en el mundo, y es un recordatorio de que la gestión sostenible de los recursos es posible si se toman medidas a tiempo y se involucran a todos los actores relevantes en la solución.
El acuerdo socio-institucional
El acuerdo al que hace referencia Javier Romero, como ejemplo de la coordinación social para un aprovechamiento óptimo del recurso, se evidencia en el Convenio entre la Entidad de Saneamiento EPSAR, el Consorcio de Aguas de la Marina Baja y la Comunidad de Regantes Canal Bajo de Algar para el aprovechamiento de las aguas procedentes de la desalobradora de la E.D.A.R de Benidorm.
El acuerdo establece un régimen de financiamiento compartido de los costes de desalación, con el objetivo de garantizar un suministro sostenible y seguro de agua para los usuarios.
Puntualiza que la EDAR de Benidorm tiene una capacidad de producción de 19.500 m³/día de agua desalada, que se mezcla con otros 5.000 m³/día de agua tratada en la planta de tratamiento secundario. También que el agua resultante, con un caudal de 24.500 m³/día, es destinada a la agricultura y a la regeneración de ecosistemas fluviales y humedales y que la comunidad de regantes del Canal Bajo del Algar se encargará de la distribución del agua entre sus miembros.
También determina que cada entidad involucrada se hará cargo de una parte proporcional de los costes en función del volumen de agua desalada que reciba. Además, el convenio establece que se llevarán a cabo las inversiones necesarias para garantizar el correcto funcionamiento del sistema de aprovechamiento del agua desalada.
El proceso Benidorm
La EDAR de Benidorm se diferencia de gran parte de sus pares europeas por su enfoque innovador y su tecnología avanzada. Desde el pretratamiento hasta el tratamiento terciario, el agua pasa por varios procesos para asegurar que esté limpia y lista para su reutilización.
En el pretratamiento se eliminan los sólidos gruesos y las arenas mediante un tamizado. El agua tratada en este proceso tiene una turbidez de menos de 10 NTU (unidades nefelométricas de turbidez) y una concentración de sólidos suspendidos de menos de 200 mg/L.
Luego, en el tratamiento biológico se eliminan los contaminantes orgánicos disueltos en el agua mediante la acción de microorganismos. El agua en este punto tiene una demanda biológica de oxígeno (DBO) de menos de 20 mg/L y una concentración de sólidos suspendidos de menos de 30 mg/L.
El tratamiento terciario comienza por la ultrafiltración sumergida que elimina las partículas y microorganismos que hayan podido pasar el tratamiento biológico. Acá, el agua tiene una turbidez de menos de 0,1 NTU y una concentración de sólidos suspendidos de menos de 0,5 mg/L.
Para finalizar se eliminan las sales y los contaminantes disueltos que hayan podido pasar los procesos anteriores mediante el uso de membranas de ósmosis inversa. El agua aquí adquiere una conductividad de menos de 1.000 µS/cm y una concentración de sólidos disueltos de menos de 500 mg/L.
Es de destacar que la ciudad de Alicante, capital de la provincia, que se encuentra a unos 50 km del sur de Benidorm, cuenta con un tratamiento muy similar en la depuradora de Rincón de León, una de las dos plantas con que cuenta la ciudad y que sirve igualmente para dotar de agua de alta calidad a los regadíos de la zona.
Una lección para América Latina
La experiencia de la EDAR de Benidorm y el acuerdo con la comunidad de regantes puede servir de ejemplo para América Latina. La región, al igual que el sudeste español, enfrenta una creciente demanda de agua y una situación de estrés hídrico debido a la falta de lluvias y el cambio climático. La reutilización del agua depurada y la desalinización son opciones viables y sostenibles para afrontarlo.
También queda en evidencia la necesidad de una gestión integrada y colaborativa de los recursos hídricos que involucre a todas las partes interesadas, desde los usuarios domésticos hasta los agricultores y las empresas turísticas. En este sentido, el acuerdo entre la EDAR de Benidorm y la comunidad de regantes es un buen ejemplo de cómo se pueden conciliar los derechos históricos de los usuarios del agua con las nuevas demandas y prioridades.
Algunos países latinoamericanos, como Chile y Perú, ya están implementando proyectos de desalinización y reutilización de agua, pero aún queda mucho por hacer. La colaboración entre diferentes actores y políticas sólidas para promover la eficiencia en el uso del agua, la recuperación de costos y la participación ciudadana en la gestión del recurso son tareas que pueden mejorar en esta parte del mundo.