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En el marco del II Encuentro de empresas públicas de gestión de residuos de la cornisa Cantábrica, celebrado ayer en Gijón (Asturias), el presidente de Sogama, Javier Domínguez, encargado de abrir la ronda de ponencias, dio a conocer algunas de las líneas básicas operativas que regirán el Plan Estratégico de esta empresa pública para el período 2023-2026.
Durante su intervención, aludió al esfuerzo que la Xunta de Galicia y Sogama han invertido durante los últimos años para que la red de infraestructuras destinada a la valorización de la materia orgánica entre en operación a lo largo de 2023 y esté a disposición de los concellos, que son quienes tienen las competencias en materia de residuos.
Esta red está conformada por 17 instalaciones: 4 plantas de biorresiduos (la de Cerceda, en funcionamiento; la de Cervo, ya construida, estando pendiente de las pruebas de carga; y la de Vilanova de Arousa y Verín, cuyas obras avanzan a buen ritmo, previendo su entrada en operación en el segundo semestre del año en curso) y 17 plantas de transferencia de apoyo (6 de nueva construcción y 7 sometidas a remodelación, contando todas ellas con una tolva independiente para el trasvase de la materia orgánica a contenedores de mayor capacidad, siendo transportada a la planta de biorresiduos más cercana). De esta forma, se pretende que la mayor parte de los 295 ayuntamientos adheridos a Sogama dispongan de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 kilómetros de distancia.
Asimismo, Sogama trabajará en el fomento de la innovación tecnológica y la digitalización en las operaciones y procesos industriales para maximizar su eficiencia, minimizar el gasto y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. De ahí que su firme apuesta por la inteligencia artificial y la robotización guíen muchas de las mejoras que prevé implantar para optimizar el rendimiento y productividad industrial, disminuir posibles incidencias e incrementar la calidad del material recuperado para su envío a los centros de reciclaje.
La descarbonización de sus procesos, en plena sintonía con las directrices del Pacto Verde Europeo, constituye también una prioridad para esta compañía pública de cara a avanzar hacia la mayor sostenibilidad de su sistema de gestión, alineado con el modelo de economía circular.
Menos rechazos, más reciclaje
El máximo responsable de la Sociedade Galega do Medio Ambiente hizo también un balance de la gestión de residuos por parte de la entidad desde el año 2008 a 2022, destacando una bajada del 12,06% en la entrega de bolsa negra por parte de los 295 ayuntamientos adheridos (desde las 891.158 toneladas a las 783.725 toneladas), así como el incremento en la recepción de bolsa amarilla, cuantificado en un 179,67% al subir desde las 11.200 toneladas de 2008 a las 31.323 toneladas de 2022, datos que evidencian el mayor compromiso de los gallegos con el reciclaje. Asimismo, subrayó la extraordinaria caída del vertido directo, desde un 49,2% hasta el 0,3%.
Intercambio de experienciaas
Junto con Javier Domínguez, participaron en la jornada de Asturias directivos de entidades tales como Mare (Cantabria), Garbiker (Bizkaia), GHK (Guipuzkoa) y Cogersa (Asturias).
Asimismo, se organizaron grupos de trabajo en los que, además de Domínguez, participaron miembros de su equipo y, más concretamente, responsables de las áreas jurídica, técnica y económica, quienes compartieron conocimientos y experiencias con sus homólogos de otras empresas.