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El proyecto europeo CARMOF, coordinado por AIMPLAS, ha concluido habiendo conseguido una recuperación de más del 80% de CO2 y una pureza de más del 96% a partir de gas de combustión (un 14 % de CO2), en su planta piloto de Grecia. Se trata de la única planta piloto con plataforma híbrida capaz de analizar una gran variedad de configuraciones de membranas y materiales absorbentes, lo que permite conocer más acerca del comportamiento de las plantas híbridas en entornos industriales reales.
Uno de los principales retos actuales de la sociedad es la descarbonización de la economía, tal y como se detalla en el ODS 13 del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Para abordar este desafío, AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, coordina el proyecto europeo CARMOF, que tiene como objetivo el desarrollo de tecnologías industriales de captura de dióxido de carbono eficientes y que ayuden a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.
Tras cinco años, el proyecto ha llegado a su fin y la planta piloto híbrida CARMOF, capaz de capturar hasta 350 toneladas de CO2 al año, ya está operativa en las instalaciones de la cementera TITAN en Atenas, Grecia. Esta planta ha conseguido recuperar más del 80% de CO2 y una pureza de más del 96% a partir de gas de combustión (un 14% de CO2). Se trata de la única planta piloto con plataforma híbrida capaz de analizar una gran variedad de configuraciones de membranas y materiales absorbentes, lo que permite conocer más acerca del comportamiento de las plantas híbridas en entornos industriales reales.
Cuando el proyecto dio comienzo en enero de 2018, ya era evidente que la eficiencia del proceso de captura de CO2 suponía un gran problema, sobre todo en términos de alto consumo energético. Desde entonces, el proyecto CARMOF ha estado trabajando en la construcción de una planta piloto con tecnologías híbridas para la captura eficiente de CO2. La solución ha consistido en la combinación de una unidad de membranas, en la que se concentra el CO2, y una unidad de adsorción por oscilación de presión al vacío (VPSA), que se alimenta de la fracción retenida de la membrana. Gracias a la combinación de ambas tecnologías y a que sus puntos débiles se ven minimizados, es posible conseguir mejores valores de recuperación y selectividad que cualquiera de ellas por sí sola.
Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en el marco del acuerdo de subvención número 760884. En él, han participado un total de quince socios procedentes de nueve países.