El sector gasista ofrece su colaboración al Gobierno y recuerda la necesidad de respaldar la viabilidad económica de los ciclos combinados y de la cogeneración

Sedigas desea contribuir al debate sobre la reforma del mercado eléctrico europeo, y comparte la opinión reflejada por el Gobierno de España en su propuesta a la Comisión Europea de que el diseño de mercado actual carece de los elementos necesarios para abordar los retos de una descarbonización en Europa que resulte asequible y competitiva.

El sector gasista reconoce además que el diseño vigente no otorga valor a la seguridad de suministro, ni ofrece mecanismos suficientes y adecuados para su fortalecimiento, garantía que resulta fundamental para atender las necesidades energéticas de los hogares y del sector industrial europeo. Además, subraya la necesidad de que la futura reforma venga precedida de una amplia consulta pública y una completa valoración de impacto para asegurar la toma en consideración de la particular naturaleza del mix energético de cada Estado miembro.

La actual crisis energética ha puesto de manifiesto la relevancia de la ignorada con tanta frecuencia seguridad de suministro. Si bien es imperioso continuar con los mecanismos básicos de mercado para retribuir la energía producida (‘energy-only’), resulta fundamental implementar un mercado de capacidad que ponga en valor la singular aportación que realizan tecnologías como la de los ciclos combinados para dar respaldo y firmeza a la generación eléctrica.

Sirva como ejemplo España, cuyas condiciones climatológicas experimentadas durante los últimos meses han puesto de manifiesto ese papel trascendental para la matriz energética. Cabe recordar que entre los meses de junio y octubre del pasado año la generación con ciclos registró una histórica cobertura media de la demanda del 31%, para poder dar respuesta a la baja e intermitente generación renovable. Para el conjunto de 2022, los ciclos combinados superaron una producción de más de 68 TWh y se consolidaron con un 25% del total como la primera tecnología del mix español.

La exigente disponibilidad operativa requerida para evitar los cortes e interrupciones durante el periodo señalado ha incrementado significativamente sus costes de operación y mantenimiento ordinarios, así como los asociados a reparaciones, como resultado del sobreesfuerzo de generación necesaria.

Sin embargo, el documento que el Ejecutivo español ha trasladado a Bruselas no concreta ninguna propuesta específica acerca del diseño de ese mercado de capacidad. Por ese motivo, Sedigas ofrece su máxima colaboración para concretarlo con el objetivo último de que los ciclos puedan mantener el necesario, y hoy por hoy insustituible, papel de respaldo del sistema eléctrico, atendiendo así a los requisitos particulares y características propias del mercado español.

Además, es pertinente señalar que el objetivo de reforma del mercado eléctrico europeo es una tarea que necesitará de tiempo, ya que podría prolongarse hasta lograr una implementación total y efectiva. Por ese motivo, es urgente recordar la necesidad de adoptar en España un mercado de capacidad basado en las directrices europeas vigentes, bajo criterios de neutralidad tecnológica tal y como ya disponen los países de nuestro entorno, para garantizar que esta tecnología pueda seguir operando de forma eficiente y segura, y pueda aportar la flexibilidad y firmeza al sistema eléctrico nacional.

Sedigas hace también un llamamiento para que la reforma del mercado eléctrico tenga en cuenta la relevante contribución de la cogeneración a la cobertura de la demanda y para la estabilidad y sostenibilidad de los sistemas tanto eléctrico como gasista. La industria calor-intensiva que utiliza la cogeneración para producir el calor y la electricidad que precisan sus procesos de fabricación —en sectores como el cerámico, papelero, automóvil, ladrillos, textil, refino, etc— supone el 25% del PIB industrial del país y totaliza una potencia instalada que alcanza los 5.500 MW. Apremia, por tanto, otorgar un marco retributivo estable para la cogeneración que permita recuperar la actividad del sector industrial asociado, reducida de forma significativa en 2022. Asimismo, se considera necesario poner en marcha en el plazo más breve posible el régimen de subastas comprometido para la cogeneración de alta eficiencia, a fin de activar las inversiones que permitan que las industrias puedan adaptarse a las necesidades actuales.

Los ciclos combinados y los mercados de capacidad

El diseño del mercado eléctrico actual basado solamente en retribuir la energía producida (‘energy-only’) resulta insuficiente para garantizar la viabilidad económica de la mayoría de los 26.000 MW de potencia instalada, que representan algo más del 22% del total.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que la generación eléctrica renovable en 2030 suponga un 74% del total de la energía suministrada en el sistema eléctrico español. Estas previsiones requieren, como así reconoce el propio plan, de la disponibilidad efectiva de una serie de tecnologías de producción -como los ciclos combinados- que permitan garantizar la seguridad de suministro, dada la inherente variabilidad de las fuentes de generación de origen renovable.

Pero los niveles previstos de producción de esta tecnología confirman al tiempo la inviabilidad económica del ciclo combinado. A pesar de su aportación a la cobertura de la demanda y a la garantía de suministro, no recuperan sus costes fijos en el mercado, ya que, al tratarse de una tecnología marginalista, apenas recuperan sus costes variables de operación. Y es que su disponibilidad efectiva se ve afectada por una señal de precios del mercado eléctrico a corto plazo, dado el impacto de la fuerte penetración de renovables. Para esta tecnología de respaldo, este indicador de precios resulta insuficiente para justificar el retorno de la inversión.

Los mercados de capacidad garantizarían la disponibilidad de esa potencia firme en los momentos de mayor estrés para el sistema eléctrico y la contratación se realizaría a través de procedimientos de concurrencia competitiva, transparente y no discriminatorios. Por ese motivo, aportan señales de precios claras y transparentes a largo plazo, lo que genera previsibilidad e incentiva la inversión.