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La Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC), la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER) y el Sistema Colectivo de Gestión de Neumáticos Fuera de Uso (SIGNUS) advierten de las importantes consecuencias de la propuesta de la Comisión Europea de prohibir el uso de materiales procedentes de los neumáticos al final su vida útil (granulado de neumático) en los campos de césped artificial, como parte de sus medidas para erradicar la dispersión intencionada de microplásticos, sin tener en cuenta otras medidas igual de eficientes y con un menor impacto ambiental.
En Europa cada año se procesan alrededor de 150 millones de neumáticos para su reciclaje, lo que supone un neumático por cada tres ciudadanos de la Unión Europea. Este caucho procedente de los neumáticos reciclados tiene una amplia gama de usos prácticos, como, por ejemplo, los materiales esenciales para los campos de fútbol de césped artificial, los parques infantiles y su uso para la construcción de carreteras.
El director General de SIGNUS, Gabriel Leal subraya que “no se está planteando esta problemática desde la perspectiva de la sostenibilidad que contemplan no sólo aspectos ambientales, sino también los económicos y sociales”. Por otro lado, ha querido poner de manifiesto que “con la prohibición del uso de este material el problema no se soluciona, puesto que la liberación de microplásticos procedente del filamento del propio césped artificial será mayor, tal y como se demuestra en los resultados de la monitorización del campo que están haciendo en Ribeira (A Coruña)”.
"Con la propuesta actual, más de los 10.000.000 neumáticos que se destinan en España a esta aplicación no tendrían destino como productos reciclados y pueden acumularse o correr el riesgo de ser exportados fuera de la UE para su incineración, donde las normas medioambientales son menos estrictas, por lo que un enfoque único para todos no es la política climática eficaz que esperamos de la UE", afirma Emmanuel Katrakis, Secretario General de EuRIC.
Además de las estrictas medidas de control y gestión de riesgos para limitar la liberación de microplásticos que aplican organizaciones líderes como la FIFA, en la UE ya existe una economía circular de neumáticos que cumple con el Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas (REACH), evitando de este modo un elevado número de emisiones de CO2 a la atmósfera, si consideramos los aproximadamente 80.000 t de neumáticos que suelen destinarse en España a esta aplicación se obtienen: 178.000 toneladas de CO2 eq/año.
Por tanto, “si la Comisión Europea prohíbe el uso de caucho reciclado de neumáticos al final de su vida útil en este tipo de superficies deportivas, se generará un problema medioambiental muy superior al que se pretende evitar”, señala Ion Olaeta, presidente de FER.
Si la actual propuesta sale adelante, “nos vamos a encontrar con una ingente cantidad de neumáticos sin alternativas de reciclado”, advierte Alicia García-Franco, directora general de FER, “por lo que las medidas de control en las superficies deportivas son la mejor solución económica, técnica y sobre todo ambiental, que es lo que reclamamos que se tenga en cuenta desde la industria europea del reciclaje”.
Por otro lado, el perjuicio económico también puede ser considerable, señalan las organizaciones del sector, al ponerse en riesgo un volumen de negocio en España de 11,3 millones de euros en la ya de por sí compleja coyuntura económica actual.
Por lo tanto, los recicladores instan encarecidamente a la UE a reconsiderar el valor de este material procedente del reciclado, permitiendo el uso de granulado procedente de neumático al final de su vida útil acompañadas de las estrictas medidas de control en las superficies deportivas de césped artificial de acuerdo con la norma CEN/TR 17519.