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Estos equipos poseen además componentes y materiales como plásticos y metales que sí pueden reciclarse y reutilizarse para la fabricación de nuevos productos, impulsando la Economía Circular.
Es habitual que, durante el verano, se experimente un importante aumento en las ventas y la frecuencia de uso de aparatos de aire acondicionado. El calor de los meses estivales hace que, en muchos hogares, estos electrodomésticos sean imprescindibles para regular la temperatura del ambiente y soportar mucho mejor las subidas de los termómetros. Desde RAEE Andalucía -impulsada por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y con el apoyo de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) que operan en la región (Ambilamp, Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolec, Ecolum, Eco-Raee’s, Ecotic y European Recycling Platform)- se incide en la importancia de gestionar correctamente estos dispositivos de climatización cuando hayan quedado en desuso o sean sustituidos por equipos más modernos, para contribuir así a la reducción de los gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, impulsar la Economía Circular al reutilizar otros componentes como metales o plástico.
Por lo general, el tiempo de vida útil de un aire acondicionado suele ser de quince años aproximadamente dependiendo de factores como su uso, o el cuidado y mantenimiento que reciba. El Real decreto 110/2015, del 21 de febrero, determina que estos productos pasan a convertirse en Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) cuando quedan en desuso y los clasifica en la categoría 1 de Aparatos de intercambio de temperatura. A esta misma categoría pertenecen también frigoríficos, congeladores, aparatos que suministran automáticamente productos fríos, equipos de deshumidificación, bombas de calor, radiadores de aceite y otros aparatos de intercambio de temperatura que utilicen otros fluidos que no sean el agua.
Además, la normativa hace especial incidencia en que una vez finalizado su ciclo, deben ser gestionados correctamente debido a los materiales que los componen. Se debe tener en cuenta que estos sistemas suelen proporcionar frío gracias a la acción de gases refrigerantes y condensadores, que pueden resultar muy contaminantes si se liberan a la atmósfera y que hay que extraer antes de retirar un aire en desuso. Según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), publicado en octubre de 2017, los gases refrigerantes (CFC y HCFC) contribuyen en un 11% en el total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Debido a la peligrosidad de estos gases, los aparatos de AC que no están herméticamente sellados (bombas de calor y aparatos AC tipo Split, aquellos que constan de una unidad externa y una interna) necesitan la instalación y desinstalación de personal autorizado de acuerdo con el RD 115/2017, de 17 de febrero. Los Aparatos de AC portátiles, por el contrario, sí pueden ser gestionados por los propios usuarios, que pueden llevarlos a puntos limpios, establecimientos comerciales y redes establecidas por productores y gestores autorizados.
Responsabilidades y sanciones
Los instaladores de aire acondicionado tienen establecidas una serie de responsabilidades en relación al reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, como son:
➪ Entrega del residuo retirado al realizar una instalación, bien sea a través de un centro de la distribución, a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) o directamente en un gestor autorizado.
➪ Emisión de justificantes de recogida al comprador que entregue un RAEE, indicando la fecha, el tipo de aparato, la marca, el número de serie y el destino (reciclado o reutilización).
➪ Identificación de los RAEE mediante etiquetas electrónicas, para asegurar el traslado de los residuos hasta su destino final.
Los usuarios y distribuidores que no empleen instaladores acreditados, así como aquellos instaladores que incumplan las obligaciones recogidas en el RD 115/2017 se pueden enfrentar a multas y sanciones importantes.
Si la gestión se hace de una manera correcta es posible un reciclaje de un 93 a 95% de la totalidad de los componentes de un equipo de aire acondicionado, ya que en ellos encontramos materiales como el plástico y metales (acero o aluminio) que pueden ser gestionados en plantas especializadas para fabricar nuevos productos, impulsando así un modelo de Economía Circular que repercuta en la protección del planeta.