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Con la circularidad y descarbonización como ejes de actuación medioambientales de la industria de la celulosa y el papel en España, destacan logros y oportunidades como el hecho de que las fábricas papeleras reciclan el 78% del papel que consumimos, como la promoción de la gestión forestal sostenible y su certificación, con el resultado de que el 65% del papel puesto en el mercado está certificado, o el haber logrado desacoplar las emisiones de CO2 de la producción, reduciéndolas un 21% en la última década y haber reducido el uso total de agua en el proceso de fabricación a menos de la mitad desde 1990, según la Actualización de la Memoria de Sostenibilidad del Papel editada por ASPAPEL.
“La industria papelera española, con 10 fábricas de celulosa y 69 de papel, produce todas las grandes variedades de papeles —explica Elisabet Alier, presidenta de ASPAPEL— con materias primas renovables, reciclables y locales. El 95% de la madera y el 69% del papel usado para reciclar que empleamos es de procedencia local. Transformando estas materias primas locales creamos riqueza en nuestro país y contribuimos a la soberanía industrial, que tan importante ha demostrado ser durante la pandemia. Con las plantaciones de madera para papel, creamos empleo y riqueza en la España vacía”.
Plantaciones locales de madera para papel que crean empleo y riqueza en la España vacía
En 2021, las diez fábricas de celulosa españolas, utilizaron como materia prima 5.451.400 m3 de madera para producir 1.777.000 toneladas de pastas papeleras. El consumo total de madera para papel se incrementa en 2021 un 2,2% con respecto al ejercicio anterior.
Se trata de madera de especies de crecimiento rápido (eucalipto y pino) cultivada con esta finalidad en plantaciones, que se están continuamente regenerando y replantando y que de otro modo no existirían. La madera que utiliza como materia prima el sector papelero en España procede en un 95% de estas plantaciones locales de pino y eucalipto (y el restante 5% procede de plantaciones de otros países europeos limítrofes). En un alto y creciente porcentaje (58%), se trata además de madera con certificación de gestión forestal sostenible (FSC y/o PEFC).
Estas plantaciones para papel suponen 5.074 empleos directos y 15.882 empleos indirectos en la España vacía.
Tasa de reciclaje del 78%, dos puntos más que el objetivo voluntario fijado a nivel europeo por el sector
Tras su uso, los productos papeleros se recogen para su reciclaje a través de dos vías: la recogida selectiva municipal (contenedor azul, puerta a puerta comercial y puntos limpios) y la recogida que realizan operadores privados en grandes superficies de distribución, industrias, imprentas…
Por estos dos canales, en 2021 se han recogido 4.403.200 toneladas de papel y cartón para reciclar, un volumen ligeramente por encima del de 2020 (0,4%) y ya en línea con el volumen de recogida prepandemia. Estos datos ponen de manifiesto tanto la idoneidad del sistema español de recogida de papel y cartón como el hondo arraigo del hábito del reciclaje de este material en la sociedad española.
Las fábricas papeleras españolas han reciclado 5.354.800 toneladas de papel usado en 2021, con un incremento del 4,4% con respecto al ejercicio anterior. España es el segundo país más reciclador de la UE en volumen, superado solo por Alemania y prácticamente empatado con Italia. Gracias a esta gran capacidad recicladora, la industria papelera española garantiza el reciclaje en nuestro país de todo el papel y cartón recogido selectivamente, que cumpla con los estándares europeos de calidad (norma europea UNE-EN 643).
De hecho, la tasa de reciclaje en España (papel para reciclar utilizado como materia prima/consumo de papel y cartón) asciende al 77,6%, superando ya en casi dos puntos el objetivo europeo para 2030 recientemente fijado por el European Recycling Council. Esto quiere decir que la industria papelera española recicló en 2021 casi el 78% del papel que consumimos en nuestro país.
Fabricando papel con cada vez menos agua y devolviéndola cada vez más limpia
En 2021 el uso total de agua en las fábricas españolas de celulosa y papel es de 110 millones de m3 anuales, lo que supone la mitad de agua que en 1990, pese a que la producción se ha incrementado más un 60% desde entonces. Y si tomamos como referencia la última década, en comparación con los 119 millones de m3 anuales de 2012, el descenso ha sido de un 8%.
Es importante señalar que en el proceso papelero, utilización y consumo de agua son conceptos diferentes: del total de agua que se emplea en el proceso, solo se consume realmente una pequeña parte que se evapora o se incorpora al producto final. Y el resto se devuelve depurada.
Así, de esos 110 millones de m3 de agua, utilizados por la industria papelera española en 2021 sólo se consumió en realidad un 15%. El 85% restante (93 millones de m3) se devolvió depurada al medio receptor (ríos o lagos, mar, colectores municipales, estuarios…), después de reutilizarse internamente el máximo número de veces posible.
También a lo largo de la última década se ha producido una importante mejora de la calidad de los vertidos en casi todos los indicadores, que se sitúan actualmente en los más altos estándares que permiten la Mejores Tecnologías Disponibles. El parámetro Demanda Química de Oxígeno (DQO) en 2021 ha descendido con respecto a 2012 un 62% para la celulosa y se ha incrementado un 14% para el papel. Los Sólidos en Suspensión (SST) han descendido un 56% para la celulosa y un 33% para el papel. Finalmente, los Compuestos Orgánicos Halogenados (AOX), el vertido específico de la producción de celulosa blanqueada, ha disminuido un 86%.
Descarbonización: reducción del consumo de energía y las emisiones
En el ámbito de la descarbonización, las medidas de eficiencia energética, el uso de biomasa como combustible y la cogeneración son los tres pilares de la estrategia del sector en España en cuanto a reducción de emisiones. Con esta estrategia, las emisiones totales de CO2 se han reducido un 21% con respecto a 2012 y las de SOx y NOx en un 83% y un 40% respectivamente.
El sector papelero es hoy el mayor productor y consumidor industrial de biomasa en nuestro país. Actualmente la biomasa supone el 37% del total de combustibles empleados por el sector.
La industria de la celulosa y el papel es electrointensiva y calorintensiva y produce la mayor parte de la energía térmica y eléctrica que necesita en plantas de cogeneración situadas al lado de sus fábricas, con una potencia instalada de 876 MW. La cogeneración produce a la vez electricidad y calor útil en forma de vapor, optimizando el uso de combustible, de manera que ahorra energía primaria (un ahorro superior al 10%) y reduce las emisiones.
La industria papelera española apuesta por la reindustrialización sostenible, en la que la descarbonización y circularidad son piezas clave, que forman parte del ADN del papel.