Empresas Premium
El sector del reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y pilas y baterías generó un Valor Añadido Bruto (VAB) [1] de 1.100 millones de euros en nuestro país en 2019, lo que implica un crecimiento del 15,7% frente al generado un año antes, que fue de 955 millones de euros.
Además, la capacidad del sector para generar puestos de trabajo en la denominada “economía verde” también creció en un porcentaje similar (15,8%) hasta los 19.000 empleos. Asimismo, el sector aportó 176 millones de euros a las arcas del Estado (recaudación fiscal) y coloca a nuestro país por delante de otros con mayor tradición en esta materia, tales como Francia, Alemania, Italia o Dinamarca.
Estas son las ratios definitorias del sector del reciclaje de este tipo de residuos en nuestro país que desvela la segunda edición del Informe anual de Recyclia sobre las tendencias de esta industria y que, según José Pérez, consejero delegado de Recyclia, “reflejan muy claramente, no sólo su crecimiento, sino también la robustez de un modelo de gestión que demuestra un alto valor social para transitar hacia un esquema productivo circular y sostenible”.
El informe, que desglosa el valor que aporta el reciclaje de RAEE y pilas y baterías en efecto directo, indirecto e inducido, apunta que el primero de ellos (el que hace referencia a las empresas que recogen y gestionan estos residuos) ya supone el 6,5% del total de la industria de gestión de residuos de todo tipo de nuestro país, con un crecimiento de 0,6 puntos respecto al año anterior. “Esto refleja –apunta Pérez– el crecimiento de este tipo de residuos, sin duda asociado al uso cada día más intensivo de tecnología por parte de los ciudadanos”.
España cumple los objetivos
Por lo que se refiere a las cifras de gestión de RAEE y pilas y baterías en España, el informe analiza globalmente los últimos datos disponibles correspondientes al año 2018. En concreto, nuestro país gestionó 320.000 toneladas de RAEE, un 11,6% más que en 2017 y el equivalente al 51% de las toneladas de aparatos electrónicos puestos en el mercado, superando así el objetivo de recogida obligatorio del 45% establecido por la Unión Europea. Esta ratio sitúa a España por delante de países como Italia (39%), Alemania (43%) o Francia (46%) y rebasa notablemente la media europea (47%). Además, nuestro país consiguió reciclar (recuperación de materiales para volver a incluirlos en el ciclo productivo y eliminación no contaminante de los nos recuperables) el 44% de esos residuos, situándose también por encima del promedio europeo (38%), y de países como Francia (34%), Dinamarca (36%) o Alemania (37%).
Con respecto a pilas y baterías, el informe recoge que la práctica totalidad de estos residuos fueron recogidos y tratados en nuestro país. Concretamente, en 2018, se gestionaron 240.000 toneladas.
El impacto de la pandemia
El estudio de Recyclia también analiza el impacto de la pandemia en el mercado de aparatos electrónicos y pilas en 2020. En concreto, el año pasado se comercializaron 747 millones de aparatos, un 1,8% más que en 2019 y el equivalente a 1.042.000 toneladas.
Igualmente, el informe muestra que la puesta en el mercado de aparatos de uso doméstico creció un 5,4%, impulsada por el incremento del teletrabajo y del ocio en el hogar. Destaca, especialmente, el fuerte repunte de monitores y pantallas (+27,4%), así como de aparatos pequeños de informática y telecomunicaciones (+24,2%). Frente a ella, la demanda de aparatos profesionales decreció un 9,5% respecto a 2019, fundamentalmente por una menor actividad empresarial y el cierre masivo de oficinas. En este sentido, los dispositivos profesionales han representado el 21,6% del total de aparatos puestos en el mercado el año pasado, un 2,7% menos que en 2019.
Asimismo, los fabricantes introdujeron en el mercado 607 millones de pilas y baterías, con un peso de alrededor de 15.000 toneladas, lo que supone un incremento respecto a 2019 del 4,1% en términos de unidades, y del 10% en términos de peso.
Según José Pérez, “los retos a los que ha de hacer frente la economía española para impulsar las transiciones verde y digital, junto al complejo escenario post pandemia, pasan ineludiblemente por reforzar la capacidad competitiva del sector de gestión de aparatos electrónicos; por tratarse del flujo que más rápido crece, el más valioso, en términos de las materias primas críticas que contienen, y por su potencial contrastado para ejercer de palanca de la recuperación socioeconómica”.
[1] Magnitud que mide el valor total producido por un sector descontando los impuestos indirectos y los consumos intermedios.