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European Recycling Platform (ERP), único Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) de ámbito europeo que opera en España, ha aumentado en un 17,7% el volumen total de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) recogidos y gestionados durante 2020 en nuestro país, a pesar de las limitaciones logísticas, con cierres parciales en muchos canales de recogida, y de movilidad de las personas, vividas durante los meses de confinamiento por la crisis sanitaria del Covid19.
“La disminución en las recogidas durante los meses de marzo, abril y mayo, se vio compensada en parte, tal y como ya avanzamos, por el mayor flujo de RAEE que afloró una vez levantadas parcialmente las medidas restrictivas de movilidad decretadas durante el confinamiento”, explica la directora general de ERP en España, Laura Alonso, que añade que “aun así, estos aumentos no han permitido alcanzar de manera global los objetivos de recogida doméstica marcados por el Real Decreto, quedándonos cerca del 90%”.
Analizando por categorías las recogidas de aparatos de uso doméstico, vemos que en general los residuos de mayor volumen (por ejemplo aparatos de intercambio de temperatura y pantallas de más de 100 cm2) han superado los objetivos de cumplimiento; mientras que aquellos de menor tamaño (lámparas y pequeños aparatos como batidoras, aspiradoras) les siguen a muy corta distancia. Por contrario, aquellos aparatos donde hay más dificultades a la hora de alcanzar los objetivos continúan siendo los equipos de informática y telecomunicaciones de pequeño tamaño. Este tipo de productos, en muchas ocasiones, cuando son sustituidos no se depositan correctamente en los puntos habilitados para ello, entre otros motivos, por miedo a perder la información que puedan todavía contener o por el conocido como “efecto tesoro”. En este sentido, desacoplar el momento de desprenderse del aparato viejo del momento de venta puede dificultar de que se gestione a través de los canales correctos.”, añade Laura Alonso.
“Desde ERP España insistimos en la importancia de concienciar a la población de las ventajas que conlleva la recogida separada de estos dispositivos, ya que permite en un primer momento su potencial reutilización, y si no, la recuperación de muchos materiales valorizables, finitos y escasos en la naturaleza. Es la aplicación práctica de la denominada “minería urbana”, que implementa de forma eficiente los preceptos de la economía circular“, concluye Laura Alonso.
Datos de RAEE doméstico y profesional
ERP España elevó el pasado año la recogida y gestión de RAEE de origen doméstico hasta las 27.732 toneladas, un 12% más que las gestionadas por ERP España en 2019. El RAEE de uso doméstico es el más numeroso, e incluye, además de los RAEE que se generan en los hogares, aquellos similares que se generan en comercios, industrias u oficinas. Al formar parte de la categoría de residuos urbanos, se gestionan a través de una red de puntos de recogida disponibles para el ciudadano, principalmente puntos limpios y tiendas.
Por lo que respecta al RAEE de uso exclusivamente profesional, el volumen total recogido y gestionado por ERP España en 2020 se elevó a 2.684 toneladas, un 147,8% más que el año anterior. Los RAEE de uso profesional aún conservan canales de recogida y gestión específicos, con recogidas realizadas principalmente a demanda en el punto de origen, en muchas ocasiones fuera del ámbito de control de los SCRAP, lo que dificulta su contabilización en las cifras globales de gestión.
Los RAEE abarcan un amplio espectro de dispositivos eléctricos y electrónicos (electrodomésticos, ordenadores, equipos médicos, juguetes a pilas, calculadores, móviles, bombillas, incluso cartuchos de tóner) que pueden tener una segunda vida si los llevamos a un punto limpio o los depositamos en la tienda al comprar uno nuevo, ya sea reacondicionándolos o reaprovechando sus materiales.
Los SCRAP, como European Recycling Plattform (ERP), son organizaciones sin ánimo de lucro constituidas por los fabricantes e importadores de aparatos eléctricos y electrónicos, cuyo objetivo es asegurar la correcta gestión de ese tipo de residuos, una vez finalizada su vida útil, tal y como se indica en el real decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, actualizado parcialmente por el Real Decreto 27/2021, de 19 de enero.