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El incremento de la instalación de nuevas estufas y calderas de biomasa de uso residencial, con potencias hasta 50kW, ha registrado en 2019 un incremento en el volumen de negocio del 17,3% respecto al año anterior, hasta los 356 millones de euros, según ha informado el director de Expobiomasa, Jorge Herrero, en referencia al Informe Anual del Observatorio de Biomasa que está elaborando la Asociación Española de la Biomasa –AVEBIOM-.
Al cierre de 2019 operaban en España 343.706 estufas y calderas de biomasa, instaladas sobre todo en viviendas independientes; son 57.659 equipos más que el año anterior, lo que supone un incremento del 9,8% en el número de unidades comercializadas.
Desde que comenzó a recoger información el Observatorio de Biomasa en 2009, según Jorge Herrero, “el uso de la biomasa como fuente de energía renovable para calefacción en España registra una tendencia creciente, mejorando considerablemente las ventas durante las crisis económicas que hemos atravesado; de hecho, este año, las ventas apuntan a batir un nuevo récord al ser la alternativa más eficaz para calentar segundas residencias”.
Las estufas y calderas de biomasa para uso residencial consumieron en 2019 alrededor de 447.000 toneladas de pellet y otras 350.000 toneladas de biocombustibles de origen natural y renovable como el hueso de aceituna, procedente de la industria del aceite de oliva, y las cáscaras de frutos secos.
Solo el pellet consumido por las estufas y calderas para uso residencial en España evitó en 2019 el consumo equivalente de 225 millones de litros de gasóleo de calefacción y, por tanto, evitó las perjudiciales emisiones equivalentes a la circulación de 400.000 vehículos.
Empleo y ahorro donde más falta hace
La biomasa empleada en España es de origen local y genera una importante actividad económica en muchas zonas. De hecho, los biocombustibles sólidos son productos de cercanía que sustituyen las importaciones de gas natural o gasóleo, producidos en terceros países a miles de kilómetros, y generan 13 empleos locales por cada uno que genera la calefacción con gas natural o gasóleo.
La biomasa consumida como biocombustible en estufas y calderas de biomasa procede de residuos y subproductos, tanto de la industria de la madera como de la industria agroalimentaria. En 2019, la cadena de producción de la biomasa para el sector residencial creo 842 nuevos empleos hasta llegar a los 6.000 trabajadores directos, un 16,1% más que el año anterior.
Los empleos se generan en la fabricación, comercialización, instalación y mantenimiento de estufas y calderas de biomasa, y también, y de forma muy intensa, en la producción y comercialización de los biocombustibles. Estos puestos de trabajo suponen una importantísima contribución a la dinamización de la actividad económica en la sociedad rural.