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Elisabet Alier Benages, presidenta de la empresa papelera ALIER, es la nueva presidenta de ASPAPEL, elegida por la Junta Directiva de la organización, que agrupa y representa a la industria de la celulosa y el papel en España. Elisabet Alier Benages sucede en la presidencia de ASPAPEL a Jordi Mercader Barata, vicepresidente y director general de Miquel y Costas & Miquel.
Elisabet Alier es licenciada en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra, máster en Economía para Abogados por la Universidad de Barcelona y PADE por el IESE. Ha cursado también estudios en la Escuela de Práctica Jurídica del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona.
Desde 2014 es presidenta de la empresa papelera ALIER. Asimismo, es socia fundadora y abogada en el bufete DEVENIRE LEGAL y en la consultoría de patentes y marcas DEVENIRE PROPIEDAD INDUSTRIAL. Anteriormente, fue fundadora y socia en el bufete EMME & PI THE LAWYER COMPANY y trabajó como abogada en PROPITEC y en VÍCTOR GUIX, ESTUDIO JURÍDICO.
Ponente en numerosos foros y profesora en varios programas de posgrado, así como miembro de la Sección de Propiedad Industrial del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona, ocupa diversos cargos en asociaciones y fundaciones, como el de vicepresidenta de la Associació dels Amics del Paper o el de patrona de la Fundació del Museu Molí Paperer de Capellades, entre otras (CEOE, AIPPI, ICAB).
ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón) es la organización profesional de ámbito estatal que agrupa a las empresas del sector de la celulosa y el papel. Las empresas asociadas suponen más del 90% de la producción del sector. El objetivo de la asociación es contribuir al desarrollo competitivo y sostenible de la industria papelera española y a la promoción de la imagen del sector, sus empresas y productos.
El sector papelero español, con 79 fábricas, mantiene 16.600 puestos de trabajo directos, en su mayoría empleos fijos y cualificados. Tiene una gran capacidad exportadora (el 43% de su producción se destina a la exportación) y es una industria fuertemente inversora (en los cinco últimos años ha invertido 1.700 millones de euros). El sector es motor de una potente cadena de valor cuya aportación global (directa+indirecta+inducida) a la economía española se traduce en el 4,5% del PIB y el 18,5% del empleo industrial.