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En términos generales, los datos aportados por www.observatoriobiomasa.es sonpositivos para el sector.Así, al cierre de 2018 operaban en España 298.399 estufas y calderas alimentadas con biomasa, 53.480 más que el año anterior. Las ventas de equipos se han incrementado un 16,2%, pero ha sido de forma desigual, más estufas que calderas de gran potencia.
El mayor incremento de las instalaciones de calefacción con biomasa se ha visto impulsado por la venta de nuevas estufas de pellet, que en 2018 se elevaron hasta las 50.130 unidades. Esta cifra de ventas, que supone un nuevo récord en España, aunque lejos aún de las ventas en países como Italia o Francia con cifras que duplican y triplican al mercado español.
El número de calderas de biomasa para uso individual o doméstico, con potencia menor a 50kW se ha incrementado un 7,1%, manteniendo una tendencia positiva. Pero la instalación de calderas de potencia igual o superior a 50 kW, habitual en instalaciones industriales y colectivas, bajó un 10%. Se han recogido dos motivos clave para esta ralentización: el primero es que se venía de una situación de precios bajos de los combustibles fósiles, provocando que los proyectos incluyesen costes sin actualizar; y el segundo, fue una situación política estancada a todos los niveles que afectó la aprobación de líneas de ayuda, paró numerosos proyectos municipales, y creó una situación de inestabilidad empresarial que impactó negativamente en los planes de inversión. Por suerte, ambas situaciones están cambiado.
Esta evolución ha permitido que el parque de calderas de biomasa se situara a finales de 2018 en unas 18.127 instalaciones con una potencia inferior a los 50 kW; 11.214, con una potencia entre 50 y 1000 kW; y 1.138 calderas de más de un 1MW de potencia. Por su parte, el número de estufas operativas es de 267.920 en España.