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European Recycling Platform (ERP) España, único SCRAP paneuropeo que opera en nuestro país, recogió en 2018 un total de 2.000.120 kg de residuos de pilas y acumuladores portátiles, una cifra que supera, con un índice de recogida del 45,36 %, el objetivo legal marcado por la UE.
Los SCRAP (sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor) son organizaciones sin ánimo de lucro constituidas por los fabricantes e importadores de pilas y baterías cuyo objetivo es asegurar la correcta gestión de ese tipo de residuos, una vez finalizada su vida útil. La normativa en España (Real Decreto 106/2008, de 1 de febrero) mantiene el principio de responsabilidad ampliada de los productores de pilas y acumuladores, que deben hacerse cargo, individual o colectivamente, de la recogida y gestión de las cantidades y tipos de pilas, acumuladores y baterías usados que haya puesto en el mercado.
Las empresas productoras adheridas a ERP, con un 34,62% de la cuota de mercado nacional, pusieron el año pasado en el mercado un total de 4.422 toneladas de pilas y acumuladores portátiles, los que supone más de 190 millones de unidades.
La Unión Europea elevó en 2016 el índice de recogida de este tipo de residuos —porcentaje entre el volumen recogido y la media de puesta en mercado en los últimos tres años— del 25 al 45%, Adicionalmente, el Estado Español modificó en 2015 el Real Decreto de pilas y acumuladores y la gestión ambiental de sus residuos para, entre otras cosas, incrementar en cinco puntos, hasta alcanzar el 50%, el índice de recogida que se ha de lograr en el territorio español en el año 2021. Según un reciente estudio elaborado por Öko-Institut eV para la Comisión Europea, en la actualidad, solo la mitad de los países de la UE estarían cumpliendo con el objetivo mínimo establecido de recogida y reciclado de pilas, acumuladores y baterías usadas del 45%.
“Es fundamental que todos los actores implicados, tanto los SCRAP, como los operadores y, por supuesto, los consumidores en general, realicemos un esfuerzo adicional durante los próximos tres años para hacer realidad el cumplimiento de este nuevo objetivo del 50%; algo que, no debemos olvidar, redunda en el beneficio de todos. Si no se gestionan adecuadamente, las pilas y acumuladores se convierten, junto a pinturas, disolventes o aerosoles, en el residuo doméstico más peligroso para nuestro entorno y para la salud”, explica Laura Alonso, directora general de ERP España.
Si se desechan junto a los residuos orgánicos, su destino serán los vertederos, donde contaminan subsuelo y acuíferos, o las plantas de incineración, donde sus componentes tóxicos se liberan a la atmósfera. Además, algunas tecnologías de pilas y acumuladores todavía contienen metales pesados que deben ser recuperados. Según el informe del Öko-Institut eV ya citado, unas 35.000 toneladas de pilas y acumuladores usados terminan como residuos domésticos cada año, con la consecuente pérdida de recursos valiosos y el riesgo ambiental que representa debido a la fuga de sustancias contaminantes.
“ERP España utiliza medidas de trazabilidad que permiten un control exhaustivo de los residuos de pilas y baterías, desde el punto de recogida a su destino final en las planta de tratamiento. Este sistema permite eliminar los riesgos de este tipo de residuos y garantizar una correcta gestión, lo que facilita el tratamiento de los componentes peligrosos y la reutilización de aquellos más escasos y costosos de extraer, colaborando así en la reducción de la explotación de recursos naturales”, añade la directora de ERP España.