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El vertedero de Las Cañadas lleva oficialmente sin ninguna actividad desde 2014, pero el grupo de Izquierda Unida denuncia que han tenido noticias de vertidos tóxicos en los últimos tiempos, razón por la cual exige el cierre definitivo de la planta, según la denuncia presentada en el Parlamento Europeo.
La eurodiputada Ana Miranda (Verdes-ALE, ES) se mostró favorable a que la petición siguiese abierta, al tiempo que destacó “la movilización social que hay detrás” de esta propuesta. Miranda exigió además “que se dirija a la comisión de Medio Ambiente (del PE) un informe de la situación actual del vertedero”.
Los representantes de la Comisión Europea dijeron que el vertedero, según sus datos, “está a día de hoy cerrado” y que son “los órganos judiciales que se encargan del caso los que tienen que decidir sobre el futuro de la planta”.
Denunciantes
“Queremos denunciar el poco o nulo respeto que en mi territorio se tiene por el medio ambiente, la biodiversidad existente y la salubridad de las especies que lo pueblan”, apuntó por su parte el portavoz de Izquierda Unida de Elda, Iñaki Pérez, quien aseguró que “se está dando un nuevo caso de ataque a este entorno ecológico”.
Pérez puso de relieve que el vertedero “está construido en un hábitat natural de protección europea”, lo que, a su juicio, hace todavía más grave “que la planta haya estado enterrando durante años todo tipo de residuos sin tratarlos previamente como exige la normativa”.
El portavoz recordó asimismo que el lugar en el que se encuentra ubicado -el paraje de Las Cañadas- está reconocido “desde 1992 y bajo la directiva 92/43 como hábitat de interés comunitario” que cuenta “con una vegetación yesícola ibérica compuesta por matorrales y tomillares y con la liebre ibérica y los conejos como fauna”.
“Según la última información que nos ha dado la Comunidad Europea, las autoridades afirman que en la inspección realizada en 2014 no se detectaron vertidos y que la actividad ya había cesado”, añadió. “No obstante, recientemente hemos recibido noticias de vertidos de aguas fecales y del vaciado de una balsa de lixiviado, con la contaminación que ello conlleva”, matizó.
El concejal también quiso criticar “el empeño constante” por parte de la empresa gestora “de conseguir por la vía judicial los permisos necesarios para poder volver a operar en la planta de residuos, pese a haber sido denegados en varias ocasiones”.
Pérez cerró su intervención lanzando una pregunta: “¿Para qué queremos un vertedero sin actividad que no cuenta con permisos y licencias necesarias para operar y que, además, se encuentra ubicado en una zona de especial conservación?”.
Por último -y además de solicitar que la petición del cierre del vertedero se mantuviese abierta-, Pérez solicitó ante la Cámara europea que “las autoridades comprueben si existe algún tipo de actividad clandestina” en la planta e instó a los órganos competentes a “que realicen controles periódicos de salud pública”.