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La iniciativa impulsada por el consorcio liderado por FACSA y del que también forman parte IPROMA, AINIA, ESAMUR y CEBAS-CSIC, persigue impulsar un modelo de economía circular en la gestión de fangos y purines capaz de convertir los residuos en recursos.
El proyecto europeo de investigación LIFE STO3RE, liderado por FACSA e integrado también por ESAMUR (Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de aguas residuales de la Región de Murcia), AINIA (Asociación de Investigación de la Industria Agroalimentaria), CEBAS-CSIC (Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas), e IPROMA (Investigación y Proyectos Medio Ambiente SL), inicia su recta final con el objetivo de impulsar un modelo de economía circular aplicado a la gestión conjunta de los purines de granja y los lodos que se producen en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de pequeño y mediano tamaño.
La iniciativa, que se puso en marcha en septiembre de 2015, ya se aplica de forma piloto en la EDAR de Totana (Murcia). Mediante la combinación de diferentes tecnologías que integran procesos físicos, biológicos y químicos, se persigue eliminar de forma eficaz los patógenos y microcontaminantes orgánicos presentes en lodos y purines y, al mismo tiempo, obtener biogás agroindustrial reutilizable como fuente de energía, así como nitrógeno, potasio y fósforo para su uso en las explotaciones agrarias de la zona.
En cifras, la aplicación de esta tecnología a escala industrial posibilitaría la generación de un biofertilizante en cantidad suficiente como para cubrir las necesidades de 1.700 hectáreas de cultivos al año, además de reutilizar 50.000 m3 de agua y reciclar cerca de 300 toneladas de nitrógeno, 80 de potasio y 70 de fósforo.
ESAMUR, responsable máximo de la gestión del agua en la Región de Murcia, ha apostado en los últimos años de forma especial por la I+D+i como herramienta de tecnologías punteras que permitan reducir el impacto ambiental del tratamiento de las aguas residuales y, al mismo tiempo, contribuyan a la reutilización de los recursos hídricos.
“Además de favorecer la estabilización de la materia orgánica, la reducción de olores procedentes de los fangos y purines y la eliminación de microcontaminantes y patógenos, la tecnología de digestión anaerobia que se utiliza en este proceso permite, entre otros beneficios, reducir las emisiones de CO2 y obtener una fuente de energía renovable como es el biogás, con lo que a su vez se consigue que el proceso sea energéticamente autosostenible y acercarnos al objetivo de ‘residuo cero’”, ha explicado al respecto la técnico de I+D+i de AINIA, Gracia Silvestre.
En cuanto al tratamiento de las aguas residuales y su reutilización, la técnico de I+D+i de FACSA Elena Zuriaga ha remarcado que “el tratamiento de las aguas residuales y su reutilización cobra cada vez más importancia dada la escasez de este recurso”. En ese sentido, ha destacado que “de este tratamiento se generan lodos que pueden ser valorizados junto con otros residuos como son las deyecciones ganaderas, de los cuales se pretende obtener una fuente de energía y nutrientes para la agricultura”.
Al respecto, el investigador del CEBAS-CSIC Carlos García ha apuntado que “la sociedad actual necesita asegurar la generación de alimentos saludables de manera sostenida en el tiempo y, dado que los biofertilizantes son capaces de incrementar la fertilidad de los suelos donde se adicionan, resultan claves para la agricultura del futuro”. “Si además obtenemos estos productos a partir de residuos orgánicos con un alto contenido de materia orgánica y nutrientes, beneficiaremos al medio ambiente y a la economía al lograr el paso de ‘residuo a recurso’ y conseguir así el objetivo de economía circular”.