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El proyecto WaterReuse ha sido desarrollado por la empresa Destilerías Muñoz Gálvez y el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva, con quien el INFO mantiene un convenio de colaboración.
El proyecto WaterReuse, desarrollado de forma íntegra en la Región de Murcia, ha permitido diseñar y construir un prototipo capaz de limpiar las aguas residuales de los sectores químico y agroalimentario. Esta iniciativa, inscrita dentro del programa europeo Life y que ha contado con un presupuesto de 1.680.000 euros, ha sido desarrollado por la empresa química Destilerías Muñoz Gálvez con la colaboración del Centro Tecnológico Nacional de la Conserva, integrado en la red de Centros Tecnológicos de la Región de Murcia y con el que el Instituto de Fomento mantiene un convenio de colaboración.
El objetivo de este proyecto, que finalizó el pasado 30 de septiembre tras un periodo de dos años de trabajo, ha sido la reutilización de aguas residuales industriales después de un tratamiento que elimina la contaminación, no genera lodos y minimiza la huella de carbono gracias al empleo de tecnologías de membranas, electroquímica y fotocatálisis.
Así, el prototipo desarrollado en el marco del proyecto WaterReuse presenta la ventaja medioambiental de no necesitar el uso de aditivos o reactivos químicos ni añadir nuevos contaminantes en el proceso de tratamiento sin producir otros residuos. La operación está automatizada por un sistema de control y adquisición de datos que permite tener información en todo momento acerca de las variables del proceso e intervenir sobre ellas.
Además, el prototipo genera hidrógeno como subproducto, que permite ser usado tanto como vector energético sostenible medioambientalmente como reactivo químico. La huella de carbono del tratamiento es nula, gracias al uso de energía renovable procedente de paneles solares conectados con el sistema y a la contratación de suministro eléctrico procedente de fuentes renovables.
Los resultados obtenidos demuestran la capacidad de WaterReuse para eliminar completamente tanto los sólidos suspendidos como la contaminación disuelta, lo que permite la reutilización de hasta el 95 por ciento del agua procesada. El sistema es especialmente eficaz frente a los efluentes de difícil tratamiento con los métodos biológicos tradicionales, como aquellos en los que estén presentes sustancias tóxicas, la contaminación inicial sea muy alta o tenga elevada salinidad.