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La Unión Europea se ha marcado como objetivos de sostenibilidad para 2030 la reducción del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990 y que el 27% de la energía que se consume sea de origen renovable. Para ello, una de las aportaciones que pueden realizar los ciudadanos, y que además también les benefician en cuanto a ahorro energético- un promedio anual de hasta un 50% de la energía- y económico, es la implantación de sistemas de autoconsumo en sus hogares.
Según el Informe de Consumo Energético del Sector Residencial en España del IDAE, en nuestro país hay registradas casi 5,1 millones de viviendas unifamiliares con un gasto consumo promedio anual de 3.800 kWh que podrían instalar sistemas de autoconsumo, con los que podrían reducir significativamente la energía consumida de la red.
Los sistemas de autoconsumo constan esencialmente de placas solares, conducciones de cobre, reguladores y convertidores de energía, y una batería que posibilita que la energía que se genera en las horas centrales del día se almacene y se pueda utilizar en otro momento de la jornada, principalmente por la noche, cuando el consumo energético se incrementa. De esta manera, se reduce la dependencia de la red de distribución eléctrica, lo que genera ahorros energéticos de hasta un 50% para el consumidor.
En palabras de Diego García Carvajal, Director de la Oficina en España del Instituto Europeo del Cobre, “como componente esencial de las placas solares, de la conducción y las baterías, el cobre se convierte en un elemento imprescindible para los sistemas de autoconsumo, que favorecen el ahorro energético de los hogares. Con cada aportación individual, se contribuye a conseguir los objetivos de sostenibilidad marcados tanto para España como para la Unión Europea”.