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La industria papelera europea no tiene capacidad suficiente para consumir todo el material reciclado que se recoge en Europa, aseguran desde la Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR). En el caso concreto de nuestro país, en 2012 la industria española de la recuperación y el reciclado de residuos de papel y cartón gestionó 4,5 millones de toneladas de estos residuos, de las cuales el 18,5% provinieron de los sistemas municipales de recogida y el 81,5% de los sistemas de recogida industriales, gestionados íntegramente por empresas privadas.
Sin embargo, recoger el material para su reciclado es solo la primera parte de la historia. Estos volúmenes crecientes de materiales deben tener algún sitio al que ir, añaden desde la asociación. En el caso concreto de los residuos de papel y cartón, y según los datos de la Confederación de Industrias Papeleras Europeas, en Europa, como consecuencia de su alta tasa de reciclaje, existe una sobreoferta de 8,8 millones de toneladas de este material, que se exporta a otros mercados, principalmente a China, destino clave para el reciclado en todo el mundo, al ser el país de mayor crecimiento económico mundial y donde se producen y se embalan una gran cantidad de bienes de consumo que terminan en Europa.
Si estas exportaciones no se producen, estas toneladas de materiales reciclables sobrantes corren el riesgo de no ser recogidas, de acabar depositadas en un vertedero o de ser incineradas, con el consiguiente mayor riesgo y menor beneficio ambiental.
Vender materiales reciclados de España o de Europa a empresas españolas o extranjeras es una consecuencia natural de que los residuos se hayan convertido en un recurso y que estén desplazando el uso de materiales vírgenes en los procesos de fabricación, obteniéndose de esta manera importantes beneficios económicos y ambientales.
A su vez, la exportación contribuye a mantener los índices de reciclado de los materiales reciclables que presentan una buena demanda, como es el caso del papel recuperado, lo que hace que disminuya la presión global sobre la demanda de materias primas, contribuye a reutilizar materiales que de lo contrario se desperdiciarían y reduce el consumo de energía y las emisiones de efectos invernadero procedentes de la extracción y la transformación.
La existencia de un mercado abierto y sujeto a la autorregulación de las economías de libre mercado de materiales reciclables impulsa las tasas de reciclado, con el consiguiente beneficio para el empleo y el medio ambiente.