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La campaña Reciclaje Made in Europe promueve la posibilidad de priorizar el reciclaje de residuos dentro de la Unión Europea, es decir, limitar el libre comercio de materiales reciclables. La promoción de la industria recicladora europea y la creación de empleo verde en Europa son algunas de las razones que sostienen esta campaña, en pos de alcanzar una economía circular basada en la sociedad del reciclado.
Sin embargo, desde el punto de vista de REPACAR, asociación que representa a más de 170 instalaciones de la industria de la recuperación de residuos de papel y cartón en toda España, tras estos argumentos se esconden los intereses económicos de determinados sectores, que quieren mantener su competitividad frente a las industrias de otros países. Todo ello, sin tener en cuenta las afecciones negativas que la aplicación de este tipo de medidas puede generar en otros sectores económicos de su propio país, ni las consecuencias finales para el medio ambiente.
Aprovechándose de la violenta crisis a la que está sometida la economía mundial el argumento de “crear empleo”, y más si este es “verde”, neutraliza cualquier interrogante y favorece que las administraciones públicas adopten medidas inmediatas de por si ilógicas.
En Europa el sector de la recuperación de residuos de papel emplea a más de 500.000 trabajadores. En España esta industria mantuvo en 2012, más de 18.500 empleos, con una facturación de 810 millones de euros, de los cuales aproximadamente 74 millones de euros procedían del comercio internacional de papel recuperado.
Para generar empleo, además de crecer, primero hay que mantener el que hay. Dado que en Europa no hay capacidad suficiente para reciclar todos los residuos de papel y cartón que se recuperan, el sector debe y puede, porque así se lo permite el tratado del libre comercio, exportar el excedente de este material a otros mercados donde se demanda y se necesita.
En 2013 se recogieron y procesaron en Europa 58 millones de toneladas de papel recuperado, de las cuales 49 millones fueron consumidas en Europa y los 9 millones de excedente fueron exportadas a otros mercados.