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La voz ecosilencio, escrita en minúscula y sin espacio ni guion, es una alternativa válida a greenhushing, que se refiere al ocultamiento de información sobre el cuidado del medioambiente.
En las noticias sobre economía y ecología se pueden encontrar ejemplos como los siguientes: «Entra en juego el ‘greenhushing’ como una tendencia», «El greenhushing es también perjudicial para avanzar en la acción por el clima» o «No están tan convencidos de que el greenhushing vaya a convertirse en un problema importante en la moda».
Con el nombre inglés de greeenhushing se conoce la estrategia seguida por algunas empresas con la que evitan hacer públicas las medidas que toman para que su actividad sea ecológica o sostenible. La razones pueden ser diversas, como la posibilidad de no conseguir los objetivos que se han propuesto, el temor de que se les acuse de ecopostureo o, incluso, no considerar este asunto verdaderamente relevante.
Para expresar esa idea, ya se viene usando el término ecosilencio, voz bien formada con el prefijo eco- y que refleja con fidelidad el concepto. Se escribe en minúscula y en una sola palabra, por lo que no son adecuadas grafías como Eco Silencio o eco-silencio. Otras opciones con uso e igualmente válidas son silencio verde y silencio ecológico, pero presentan el inconveniente de ser menos concisas.
Por ello, en los ejemplos anteriores habría sido mejor escribir «Entra en juego el ecosilencio como una tendencia», «El ecosilencio es también perjudicial para avanzar en la acción por el clima» y «No están tan convencidos de que el ecosilencio vaya a convertirse en un problema importante en la moda».
Fuente: Fundación del Español Urgente (FundéuRAE)