Empresas Premium
España se prepara para un cambio clave en la gestión de residuos. Con la próxima implementación del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), el país sigue los pasos de naciones como los Países Bajos, donde esta medida ha reducido drásticamente la basura en calles, parques y canales. ¿Qué desafíos enfrentará España y qué puede aprender de quienes ya han recorrido este camino?
¿Qué le espera a España?
En una soleada mañana en Ámsterdam, dos años después de la introducción del sistema de depósito para latas y botellas de plástico, una sola botella vacía flota lentamente hacia el muelle. Un gran contraste con lo que ocurría hace tres años, cuando las esquinas de los canales servían regularmente como puntos de acumulación para alfombras de basura. El viento y las corrientes empujaban las botellas y latas de plástico, haciendo que turistas y residentes se enfrentaran a diario con el lado oscuro de la cultura del usar y tirar. Pero ahora, con la introducción del sistema de depósito, esas escenas son en gran parte cosa del pasado. El efecto de la medida es claramente visible en parques, calles y canales: ya no hay papeleras desbordadas ni basura por todas partes.
España está al borde de una transformación similar. Recientemente anunció la implementación de un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), un paso importante en la lucha contra la contaminación plástica. Con solo un 41,3% de los envases correctamente separados, España está muy por detrás de los objetivos europeos. El SDDR ofrece una oportunidad para mejorar estas cifras, como lo demuestra la exitosa implementación del sistema de depósito en los Países Bajos. En tan solo seis meses desde su introducción en los Países Bajos, los residuos procedentes de botellas y latas se redujeron en un 80%. ¿Cuáles son los desafíos para introducir un sistema SDDR en España y qué se puede aprender de la experiencia neerlandesa?
Inspiración desde los Países Bajos: El potencial del sistema de depósito
En 2021, los Países Bajos pusieron fin a la abundancia de botellas de plástico en las calles con la introducción de un sistema de depósito. Las latas se incorporaron en 2023. El resultado no solo fue una drástica reducción de residuos, sino también canales, parques y ciudades más limpios. El impacto positivo fue visible de inmediato. Las botellas que antes yacían al borde de las carreteras o flotaban en los canales encontraron su camino hacia las instalaciones de reciclaje, donde se convirtieron en nuevas botellas.
Pero hubo más. Con la introducción del sistema de depósito, las papeleras públicas también se llenaban mucho menos. Los envases de bebidas representaban más de la mitad del volumen de basura en estas papeleras. El problema de los contenedores desbordados, con aves o el viento esparciendo los residuos, se resolvió de golpe. Sin embargo, surgieron nuevos desafíos en las zonas urbanas turísticas. Aparecieron “cazadores de recompensas” en centros de ciudades como Ámsterdam, a menudo personas sin hogar que buscaban envases con depósito. Papeleras abiertas y basura a su alrededor atrajeron atención mediática negativa. Esto demuestra que toda historia de éxito también tiene sus matices.
Lecciones para España
Con la introducción del SDDR, España está al inicio de un gran cambio. Pero no es necesario reinventar la rueda. Países como los Países Bajos, Alemania y los países nórdicos tienen lecciones valiosas que ofrecer:
Los desafíos de la implementación
Ciudades españolas como Madrid, Barcelona y Valencia necesitarán un enfoque cuidadoso para implementar con éxito el SDDR. No solo es importante la infraestructura que debe establecer la industria del envasado, sino también la cultura relacionada con la separación de residuos. En los Países Bajos, los ciudadanos ya estaban acostumbrados al depósito en botellas grandes de plástico, mientras que esto es un territorio nuevo en España.
Un factor crucial es la cooperación. Los ayuntamientos, junto con las empresas, deben garantizar suficientes puntos de recogida e información accesible. Los supermercados y otros puntos de venta juegan un papel clave en esto. Además, ciudadanos y turistas deben ser conscientes de su rol en el éxito del sistema.
El monitoreo y la evaluación son esenciales. En los Países Bajos, por ejemplo, se organiza anualmente el “Día Nacional de Conteo de Basura”. Este evento mapea a gran escala el impacto del sistema de depósito en los residuos y el uso de papeleras. España podría establecer iniciativas similares para identificar y resolver los problemas desde el principio.
En definitiva, la introducción del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno en España ofrece una oportunidad única para aumentar las tasas de reciclaje y reducir drásticamente los residuos. Las lecciones de los Países Bajos demuestran que el sistema funciona y que la población lo adopta sin problemas, siempre que se prepare adecuadamente y se adapte a las circunstancias locales. Con un enfoque integrado, en el que colaboren ayuntamientos, empresas y ciudadanos, España puede dar un paso importante hacia un futuro más limpio y sostenible.
Referente: Merijn Tinga – El Surfista contra la Sopa de Plástico
Merijn Tinga, más conocido como el Plastic Soup Surfer (el surfista contra la sopa de plástico), es un activista medioambiental neerlandés que ha hecho de la lucha contra la contaminación por plásticos una causa personal. En 2016, hizo kitesurf desde los Países Bajos hasta Inglaterra en una tabla hecha de botellas de plástico para lanzar una petición a favor del sistema de depósito. Presentó 60.000 firmas y una moción redactada por él mismo, que se convirtió en la base de la política de depósito en los Países Bajos.
Con acciones poco convencionales, como expediciones y acciones legales, logró convencer tanto al gobierno como a la industria. El depósito es el medio más eficaz contra la basura. Actualmente trabaja en una campaña internacional para promover los sistemas de depósito. En 2023 hizo windsurf desde Oslo hasta Londres, y luego hasta París. Este año continúa su viaje en tabla desde París hasta Niza.
|