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La Directiva CSRD y sus correspondientes Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS) representan el proyecto más ambicioso de estandarización de información empresarial a nivel mundial. En un contexto de creciente importancia de la sostenibilidad, la competitividad y la transparencia, la Unión Europea (UE) ha dado un paso significativo con la implementación de esta directiva. En España, se transpone mediante el Proyecto de Ley de Información Empresarial sobre Sostenibilidad, que introduce reformas clave en el Código de Comercio, la Ley de Sociedades de Capital y la Ley de Auditoría de Cuentas.
La norma responde a la necesidad de mejorar la calidad, comparabilidad y fiabilidad de la información no financiera presentada por las empresas. No obstante, el elevado número de métricas, la complejidad para identificar de manera adecuada la doble materialidad y los IROs (impactos, riesgos y oportunidades) revelan desafíos significativos para las empresas que se enfrentan a la adaptación a este cambio regulatorio, que afecta a aproximadamente 50.000 empresas en la UE.
Consciente de esta complejidad, la Comisión Europea anunció en diciembre de 2024 un proceso de racionalización normativa a través de un proyecto Omnibus. Este proceso, previsto para febrero de 2025, busca simplificar la aplicación de las tres principales normativas en sostenibilidad: la CSRD, el reglamento de taxonomía de finanzas sostenibles y la CSDDD.
La CSRD extiende la obligación de presentar informes de sostenibilidad a un amplio espectro de organizaciones. En España, su implementación será escalonada para facilitar la adaptación. Las principales categorías afectadas incluyen:
Empresas grandes: Cuando el activo supere los 25 millones de euros y el importe neto de la cifra anual de negocios supere los 50 millones de euros.
Pymes cotizadas: Excepto microempresas y pymes que coticen en mercados alternativos de crecimiento. También incluye aseguradoras cautivas grandes y entidades de crédito pequeñas y no complejas.
Empresas de terceros países: Si generan ingresos superiores a 150 millones de euros en la UE y tienen una filial o sucursal significativa en su territorio.
Principios clave: La doble materialidad y los Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS)
Uno de los aspectos más innovadores de la ley es la aplicación del principio de doble materialidad, que obliga a las empresas a informar tanto sobre el impacto de sus actividades en el medio ambiente y la sociedad y cómo estos factores afectan financieramente a la organización.
Además, los informes deben seguir los ESRS (Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad), que cubren aspectos ambientales, sociales y de gobernanza. Para garantizar la fiabilidad, se introduce la verificación externa obligatoria por parte de auditores independientes.
Cabe destacar que, a diferencia de los reportes financieros, que utilizan principios seculares y una unidad de medida, el reporte de sostenibilidad enfrenta retos complejos debido a la diversidad de métricas y la inmadurez de los modelos y de las medidas. Además, la inclusión de la cadena de valor y de los IROs exigen un esfuerzo inicial considerable.
La adaptación a la CSRD representa tanto un reto como una oportunidad para las empresas. Entre las principales implicaciones destacan:
Reestructuración interna: Las empresas deben actualizar sistemas de recopilación de datos y controles internos.
Impacto transversal: Los informes afectan a todas las áreas de la empresa, desde recursos humanos hasta finanzas, compras y operaciones.
Recursos especializados: Muchas empresas, especialmente pymes y grandes empresas muy especializadas y/o con estructuras complejas, necesitarán asesoramiento externo para adaptarse al marco regulatorio.
Mayor transparencia: Una información clara y comparable fortalecerá la reputación corporativa y mejorará la confianza de inversores y clientes.
Ventajas competitivas: Integrar la sostenibilidad en la estrategia empresarial favorecerá la toma de decisiones y favorecerá la mejora de los procesos y la competitividad de las empresas.
La Ley de Información Empresarial sobre Sostenibilidad marca un hito en la regulación corporativa de la sostenibilidad en España. Si bien su implementación conlleva retos importantes, también brinda una oportunidad única para que las empresas refuercen su compromiso e impacto, mejoren su competitividad y se preparen para un futuro empresarial más responsable y transparente. Ahora más que nunca, adaptarse y anticiparse será clave para liderar en un mercado global cada vez más exigente.
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