Empresas Premium
En un contexto de emergencia climática y necesidad de cumplir con los objetivos europeos de sostenibilidad, la valorización energética se posiciona como un componente esencial en la gestión de residuos. Este proceso, que transforma residuos no reciclables en energía, representa una oportunidad estratégica para avanzar hacia un modelo de economía circular. Su potencial no solo complementa los objetivos de reciclaje, sino que también se alinea con las exigencias de la Unión Europea de reducir el vertido al mínimo posible y maximizar la reutilización de recursos. En este sentido, la valorización energética es mucho más que una opción técnica: es un compromiso con el futuro sostenible. España, con un 50% de residuos todavía destinados a vertedero, necesita urgentemente adoptar estrategias que reduzcan esta dependencia y que aseguren el cumplimiento del objetivo de limitar al 10% el vertido para 2035.
Una de las propuestas más relevantes planteadas en el ámbito de la valorización energética es la suspensión temporal del impuesto sobre este tipo de tratamiento. Esta medida, lejos de ser un retroceso, tiene como objetivo fomentar prácticas más sostenibles y acercar a España a los estándares europeos. Países como Suecia ya han demostrado que la eliminación de impuestos sobre la valorización energética puede acelerar la transición hacia una economía circular eficiente y responsable. Además, es fundamental la coherencia a un esquema impositivo en el que los residuos tratados en instalaciones de coincineración están gravados con un impuesto de 0 €.
De implementarse, la suspensión del canon podría considerarse una palanca para el cambio, permitiendo que las administraciones y las empresas redirijan sus esfuerzos hacia el desarrollo de infraestructuras de valorización energética. Esto no solo ayudaría a reducir el impacto ambiental del vertedero, sino que también mejoraría la competitividad de nuestras ciudades y regiones al fomentar tecnologías que contribuyen a la descarbonización.
La valorización energética juega un papel crucial al complementar los objetivos de reciclaje y ofrecer una solución para los residuos no reciclables. Los países europeos con mayor éxito en sostenibilidad, como Alemania, Austria y Dinamarca, han logrado reducir drásticamente el vertido al combinar altas porcentajes de reciclaje con la valorización energética. Estas naciones nos muestran que, para alcanzar los objetivos marcados por la UE, es necesario contar con una red de instalaciones que conviertan en recursos lo que de otro modo se convertiría en desechos. En España, el panorama actual es preocupante. Mientras países como Francia valorizan energéticamente hasta el 26% de sus residuos, aquí apenas llegamos al 11%. Este rezago no solo nos aleja de cumplir con las metas europeas, sino que también implica un desperdicio de energía potencial que podría abastecer a cientos de miles de hogares. La valorización energética no compite con el reciclaje; lo complementa. Donde no llega el reciclaje, la valorización energética proporciona una solución eficiente y sostenible, minimizando las emisiones de metano, un gas con un potencial de calentamiento global muy superior al CO2.