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La industria es un motor económico fundamental de nuestro país, pero su alta dependencia de los combustibles fósiles plantea desafíos en su ineludible transición energética hacia la descarbonización total en 2050 y en el cumplimiento de unas exigencias en materia de sostenibilidad ambiental cada vez más estrictas.
Javier Díaz González, Presidente de AVEBIOM
La descarbonización de la industria es una obligación legal que ha de alcanzarse en los plazos dispuestos en el Pacto Verde Europeo y un deber con las generaciones futuras, pero también es una oportunidad estratégica para modernizar procesos, reducir costes energéticos a largo plazo y mejorar la competitividad en la escena internacional.
La biomasa es una fuente de energía renovable local, disponible en España a partir de diferentes fuentes, que puede apoyar de forma sólida esta transformación de la industria española. Su capacidad para adaptarse a procesos industriales complejos, reducir costes operativos y mejorar la sostenibilidad ambiental, incluso en sectores como el cemento, el acero o el transporte pesado, la convierte, sin duda, en un valioso aliado.
El incremento en los precios de la electricidad durante este año, que han superado los 100 euros por MWh (150 €/ MWh en el último trimestre), impulsados por el alza en el costo del gas natural y los derechos de emisión de CO₂, vuelve a poner de manifiesto la necesidad más que urgente de diversificar nuestras fuentes de energía y avanzar hacia alternativas más sostenibles.
En sectores industriales con altos consumos energéticos como la fabricación de papel, cemento, cerámica o alimentos, donde la energía puede representar hasta el 30% de los costes operativos, la biomasa ofrece una alternativa competitiva al gas natural, pues permite que las empresas reduzcan su exposición a la volatilidad del mercado energético y cumplan con las exigencias regulatorias de reducción de emisiones.
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