Ahora que arranca el nuevo año, ¿podría hacer un balance de 2024?
Echando la vista atrás, probablemente haya sido el año más intenso en nuestra historia. En SIGAUS destacaría la reducción de las tarifas aplicadas por la gestión del aceite usado que anunciamos a empresas adheridas y consumidores a comienzos del pasado año. Nuestros mecanismos históricos para lograr la máxima eficiencia en la financiación de la gestión nos permitieron aprovechar los altos precios del petróleo para contener el coste de la gestión y así reducir las tarifas de 60 a 50 euros por tonelada comercializada, lo que supuso una reducción aproximada de 4 céntimos en el cambio de aceite de un turismo (de 24 a 20 céntimos).
Otro hecho notable fue el cumplimiento, un año más, de los objetivos ecológicos establecidos por la normativa que regula la gestión de los aceites usados y que comunicamos a las autoridades correspondientes en el primer trimestre. Este cumplimiento pone de manifiesto cómo gracias a la labor de SIGAUS se aprovecha el 100% del aceite usado generado en España, lo que en 2023 supuso la gestión de 131.000 toneladas. De ellas, un 78% se trataron para obtener bases regeneradas con las que formular nuevos lubricantes, mientras que el resto se trató para producir un combustible similar al fuel óleo pero con un menor índice de azufre.
Y, obviamente, para GENCI 2024 ha sido un año crucial. Un año en el que hemos trabajado mucho en prepararnos para ser un SCRAP nacional de residuos de envases comerciales e industriales. Algo que ha tenido su fruto en esta recta final del año, cuando hemos obtenido la autorización para operar en toda España. Somos el único SCRAP que ya venía operando con estos residuos, ya que lo hacemos en Baleares desde 2021 como respuesta a una normativa autonómica similar a la norma nacional que ahora ha entrado plenamente en vigor. Esta experiencia con la norma y con el residuo ha hecho que la adaptación de nuestro modelo operativo a escala nacional haya sido muy rápida. Y esa agilidad y sencillez en el cumplimiento de una nueva norma exigente y compleja es la que ofrecemos ahora a todas nuestras empresas adheridas.
Respecto a SIGAUS, ¿qué expectativas tienen para este 2025?
En el ámbito de los aceites usados, de cara a 2025 estamos pendientes de la tramitación de un nuevo real decreto, que presumiblemente se aprobará este año, y que sustituirá al actual RD 679/2006 que regula la gestión de los aceites industriales usados desde hace 18 años. La nueva norma estará alineada con la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados, que refuerza la transición hacia una economía circular, estableciendo criterios más exigentes para la valorización de residuos industriales, lo que debe aplicarse a los flujos de residuos ya regulados.
Aunque todavía no conocemos el texto definitivo, entre sus principales novedades se prevé que dé más peso a la regeneración de aceites usados frente a otras vías de valorización, además de consolidar el modelo de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), exigiendo nuevas obligaciones a los fabricantes de aceites industriales. También se renovarán las exigencias en cuanto a la información y la trazabilidad para garantizar que la gestión de los aceites usados cumpla mayores criterios de sostenibilidad.
Además de la propia gestión del aceite usado, SIGAUS también lleva a cabo otras iniciativas de carácter social, ¿podría hablarnos de ellas?
Efectivamente la gestión del aceite usado es la razón de ser de SIGAUS, pero queremos aportar a la sociedad un valor que vaya más allá de dar una solución a este residuo peligroso y para ello llevamos a cabo distintas iniciativas. Por un lado, para que la gestión del aceite usado sea eficaz al completo tiene que ir inevitablemente ligada a una labor de sensibilización que tenga continuidad en las generaciones futuras. En este sentido, contamos con nuestro proyecto formativo Aula Ambiental, con el que ofrecemos capacitación sobre la gestión del aceite usado y la economía circular a los estudiantes de hoy (tanto universitarios como de enseñanzas de Formación Profesional), que el día de mañana serán profesionales de los sectores más relacionados con el uso de los aceites industriales. Gracias a este programa en continuo crecimiento hemos firmado convenios de colaboración que nos han dado acceso a 16 universidades e institutos de FP de toda España y hemos formado a más de 2.200 alumnos de sectores como la automoción o la industria, así como de másteres sobre medio ambiente, química, logística y transporte, y gestión de residuos, entre otros.
Otra iniciativa que ya es una de nuestras señas de identidad son los ‘Bosques SIGAUS’, un proyecto centrado en la creación de nuevos espacios verdes urbanos que iniciamos en 2012 y con el que ya hemos plantado 13.000 árboles gracias a los acuerdos alcanzados con los ayuntamientos de diferentes municipios. Gracias a la plantación de distintos bosques urbanos, contribuimos a compensar emisiones de CO2, ofreciendo al mismo tiempo a los vecinos zonas para el ocio y el deporte al aire libre. La creación de estos bosques va ligada a campañas de comunicación en las que informamos y sensibilizamos al público sobre nuestra labor y sobre la importancia de estos espacios verdes.
El último de estos bosques, el decimotercero ya, acabamos de plantarlo en la localidad madrileña de Tres Cantos, sumando 1.000 nuevos árboles. En este caso, además, acompañamos la plantación con un programa de educación ambiental a los escolares del municipio, que serán quienes pongan nombre a los árboles.
Otra de las iniciativas que llevamos a cabo es de índole más social y destinada a colaborar con colectivos que tienen necesidades especiales. Desde 2018 –y sin excepción– ofrecemos apoyo a la Fundación Síndrome de Dravet, a la Fundación Porque Viven y a la asociación APADIS, entidades que trabajan con niños con una epilepsia grave, menores que requieren cuidados paliativos y personas con discapacidad física e intelectual, respectivamente.
